Las tensiones entre el Gobierno de Irak y la zona del Kurdistán aumentaron después de que las autoridades kurdas celebraran un referendo independentista, pese al rechazo del Ejecutivo central, los países vecinos y gran parte de la comunidad internacional.
El Kurdistán iraquí propuso al Gobierno de Irak cesar el fuego, entablar el diálogo y congelar los resultados del referendo de independencia, informaron fuentes oficiales.
En un comunicado difundido este martes (hora local), el Kurdistán iraquí apuntó a "la peligrosa situación y a la tensión" existente en el país, por lo que resaltó que ello fuerza a estar a la altura de la responsabilidad histórica y no permitir que la situación lleve a una guerra.
"Para cumplir con nuestros compromisos ante el pueblo de Kurdistán y de Irak proponemos al Gobierno iraquí el cese inmediato del fuego y de todas las acciones bélicas en Kurdistán, el congelamiento de los resultados del referendo celebrado en el Kurdistán iraquí, y el inicio de un diálogo abierto entre el Gobierno regional de Kurdistán y el Gobierno Federal de Irak partiendo de la Constitución", señala el documento.
#Kurdistan Region Prime Minister Nechirvan Barzani reiterated to Ján Kubiš, Special Representative and Head of @UNIraq, that KRG has always been ready for dialogue to address outstanding issues between the Kurdistan Region and Baghdad pic.twitter.com/RfBXKmaIY8
— Nechirvan Barzani (@PMBarzani) 24 de octubre de 2017
De acuerdo al texto, se anunciará inmediatamente un alto el fuego y el fin de todas las operaciones militares en el Kurdistán iraquí, por lo que autoridades de la región kurda (norte de Irak) expresaron su deseo de abrir un diálogo basado en la Constitución iraquí.
Las tensiones entre el Gobierno de Irak y la zona del Kurdistán aumentaron después de que las autoridades kurdas celebraran un referendo independentista, pese al rechazo del Ejecutivo central, los países vecinos y gran parte de la comunidad internacional.
Con el objetivo de preservar la integridad territorial del país, las fuerzas militares del Gobierno iraquí retomaron el control de zonas estratégicas en la ciudad de Kirkuk (rica en recursos petrolíferos), antes en manos de las fuerzas kurdas (Peshmerga), que se retiraron sin protagonizar ningún tipo de provocación.