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  • Israelíes demolieron una mezquita (templo de rito musulmán) en el desierto Néguev. (Foto: EFE)

    Israelíes demolieron una mezquita (templo de rito musulmán) en el desierto Néguev. (Foto: EFE)

  • Nakba en árabe significa “catástrofe” y es el nombre con que los palestinos denominan al éxodo forzado. (Infografía teleSUR)

    Nakba en árabe significa “catástrofe” y es el nombre con que los palestinos denominan al éxodo forzado. (Infografía teleSUR)

Publicado 26 mayo 2014



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A pesar del pedido de paz del Papa Francisco, israelíes demolieron una mezquita en el desierto Néguev, según denunció la Fundación Néguev para la Tierra y los Hombres, quienes explicaron que la demolición viola el derecho a la libertad de culto, así como las leyes y convenios internacionales. Señalaron que se trata de una limpieza étnica.

También condenaron la demolición de las viviendas de quienes viven en Wadi Al-Niam por parte de funcionarios policiales, quienes además confiscaron sus bienes y destruyeron sus cultivos.

Aseguraron que los pueblos que viven en el Néguev permanecerán en sus hogares, pese a los ataques de los israelíes. Las acciones, denunciaron, son parte de una limpieza étnica ejecutada por el régimen de ocupación israelí.

"La gente en el Néguev tiene el derecho de vivir en su propia tierra", expresaron miembros de la Fundación Néguev en un extracto del comunicado, por ello pidieron apoyo a las organizaciones que trabajan por los derechos humanos para frenar la limpieza étnica en Israel.

Un plan perverso

El 24 de junio de 2013, la Knéset (parlamento) israelí aprobó con una mayoría de 43 votos contra 40 la expulsión masiva de decenas de miles de beduinos del desierto del Néguev (o Naqab), en el sur de Israel/Palestina. Esta operación de limpieza étnica contra una parte de la minoría árabe palestina de Israel se inscribe dentro del llamado Plan Prawer (por Ehud Prawer, director de Planificación del gobierno de Benjamín Netanyahu).

Este plan supone la destrucción de 40 aldeas beduinas "no reconocidas" por la Administración israelí, el desplazamiento forzado de entre 30 mil a 45 mil ciudadanos árabes beduinos de Israel y el expolio de sus tierras históricas, unas 850 mil hectáreas.

El "no ser reconocidas" significa que no tienen derecho a los servicios que debería proporcionar el Estado como agua, luz, alcantarillado, sanidad, educación o carreteras, y que periódicamente son arrasadas total o parcialmente. Hasta el momento han sido destruidas cerca de 60 veces.

Los beduinos del Naqab son la comunidad más vulnerable de Israel. Forman parte de la minoría palestina que no fue expulsada de su tierra en el momento de la creación del Estado de Israel (1948) y a quien el Estado judío acabó por reconocer derechos de ciudadanía, aunque con un estatus de inferioridad legal y social respecto a la mayoría judía. Los beduinos, habitantes históricos del desierto del Naqab, han sufrido desde la creación de Israel un acoso constante.

Sólo 12 por ciento de la población original de beduinos permaneció en su tierra tras la Nakba (la limpieza étnica de 1948). Sometidos a un régimen militar hasta 1966, constituyen hoy una población de unas 170 mil personas (el 25 por ciento de la población del Naqab), la mitad de las cuales viven en aldeas que Israel califica de "ilegales". La mayoría de esas aldeas, según la Asociación de Derechos Humanos de Israel y la organización palestina Adalah, ya existían antes de la creación de Israel, mientras que otras fueron construidas en los años cincuenta respondiendo a la exigencia israelí de sedentarización de los beduinos.


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