Partidos políticos y militares iraquíes que apoyan al gobierno iraquí en su lucha contra el grupo extremista Estado Islámico rechazaron cualquier tipo de ayuda militar por parte de Estados Unidos que implique el arribo de tropas al país.
Las Brigadas de Hizbulah-Iraq, la Organización Badr y la milicia chiita Asaib Ahl al Haq criticaron el señalamiento del gobernador de la provincia oeste de Al-Anbar, Suhaib Al-Rawi, al indicar la necesidad de la ayuda de soldados estadounidenses para derrotar al grupo terrorista.
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El movimiento Hizbulah acusó al funcionario iraquí de violar la Constitución y la ley de los Consejos Provinciales, al proponer la llegada de militares estadounidenses que reediten la ocupación de marzo de 2003.
Los tres movimientos de resistencia pidieron al primer ministro, Haider Al-Abadi, abstenerse de solicitar ayuda o cooperación militar a los norteamericanos o a cualquier otra potencia extranjera con el argumento de asistir a los voluntarios chiítas de la Movilización Popular y a tribus sunitas.
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Un funcionario del gobierno provincial de Al-Anbar dio a conocer el pasado martes un acuerdo que incluye la participación de helicópteros Apache y artillería norteamericanos en las acciones contra los combatientes del Estado Islámico en la zona. La capital del estado de Al-Anbar, Ramadi, lleva meses bajo control del EI.
El gobernador de la provincia, Al-Rawi ha señalado que apoyaría la intervención militar estadounidense si contribuye a terminar la guerra contra el EI, antes estos señalamientos Hizbulah ha advertido que tal ayuda pondría en peligro la soberanía.
El representante del grupo de resistencia, Abu Talib Al-Saidi señaló que las fuerzas de ocupación estadounidenses desean regresar a Irak después de que facciones de la resistencia islámica las expulsaron, particularmente las Brigadas Hizbulah.
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Las tres organizaciones consideran que el Gobierno de Al-Anbar carece de autoridad para suscribir acuerdos con fuerzas foráneas en asuntos relacionados con la seguridad y la soberanía del país.
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