Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) iniciaron este lunes la nueva tregua unilateral con el gobierno colombiano, con el fin de generar condiciones favorables para avanzar en las negociaciones de paz.
Tal como lo anunciaron la semana pasada, entró en vigor el cese de hostilidades extendido por el presidente, Juan Manuel Santos, hasta el mes de noviembre. Esta es la sexta ocasión en que la insurgencia decreta un cese el fuego unilateral desde el inicio del proceso de paz en 2012.
El Ejecutivo colombiano aceptó la tregua de las FARC-EP en función de agilizar el desescalamiento de la confrontación en las zonas de combate, un paso decisivo para el fin del conflicto armado en la nación andina.
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“Vinimos a Cuba a alcanzar un acuerdo de paz, a poner fin a una guerra que sobrepasa el medio siglo. Nada puede complacernos más que acabar definitivamente con la confrontación y el sufrimiento del pueblo colombiano por este conflicto”, apuntó en fecha reciente el comandante, Iván Márquez.
Este cese de hostilidades será supervisado por organizaciones que respaldan el proceso, entre ellas Frente Amplio, Diálogo Intereclesial por la Paz y Constituyentes por la paz.
La delegación insurgente se reunió el pasado sábado con representantes de estas organizaciones y debatieron los mecanismos que serán utilizados para la verificación eficaz del cese del fuego.
El inicio de esta tregua, coincidió con la liberación del subteniente del Ejército colombiano, Cristian Moscoso Rivera, quien permanecía retenido desde el pasado 08 de julio por las FARC-EP, acción que da garantía de la voluntad de los insurgentes de firmar un tratado de paz definitivo.