El Gobierno de Hungría finalizó la construcción de una segunda valla a lo largo de su frontera con Serbia para detener el paso de refugiados, según anunció este viernes el primer ministro húngaro, el conservador nacionalista Viktor Orbán.
El jefe de Gobierno explicó que "es una valla que prácticamente no se puede cruzar", al mismo tiempo advirtió que "Hungría tendrá que convivir con la presión migratoria" en el futuro.
Hungría levantó en otoño de 2015 la primera valla en sus fronteras con Serbia y Croacia para atajar a los refugiados que cruzaban la nación para llegar los países de la Unión Europea (UE), como Austria, Suecia o Alemania, huyendo de los conflictos en sus naciones de origen.
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Orbán aseguró que su Gobierno fortalece "la seguridad de la gente húngara a largo plazo", con la construcción de esta segunda valla, que tiene una longitud de 155 kilómetros, una altura de tres metros y además se equipo con sensores que alertan cuando se trata de dañar el alambrado.
El Gobierno de Orbán rechaza categóricamente el sistema de reubicación de refugiados entre los países comunitarios y a la inmigración en general, tras alegar que se pone en peligro la identidad cultural de Europa.
En Hungría entró en vigor una nueva legislación que hace posible la retención a los solicitantes de asilo en las llamadas "zonas de tránsito" cerca de la frontera, hasta que culminen sus trámites, limitando su libertad de desplazamiento.
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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organizaciones no gubernamentales criticaron fuertemente esta medida.