El gobierno de Hungría informó este miércoles la construcción de una alambrada en su frontera con Serbia, con el fin de impedir que los inmigrantes accedan a la zona Schengen de libre circulación, afirman que “no puede esperar más” a que se tomen decisiones a nivel europeo.
Hungría ha registrado numerosas peticiones de asilo procedentes de Kosovo, mientras que en los últimos meses han llegado refugiados de los conflictos en Oriente Medio.
El partido gobernante de Hungría, Conservador Nacionalista, rechaza la idea de los ministros de Interior de la Unión Europea (UE), quienes negocian la elaboración de un sistema de cuotas, (probablemente obligatorio) para repartir a los demandantes de asilo.
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Una de las medidas que ha tomado el gobierno, es de colocar carteles de contenido xenófobo, en las calles en idioma húngaro, en los mismos advierten a los inmigrantes de que “deben respetar la cultura y las leyes del país y que no podrán quitar el trabajo a la población autóctona”.
El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, manifestó que “Hungría no viola ninguna de sus obligaciones legales, ni acuerdos internacionales”, además agregó que hay otros países de la UE que “defienden sus fronteras” con alambradas, “también ciudades españolas al norte de África se defienden así frente a la presión migratoria”.
Por su parte, el portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Budapest, Ernö Simon, aseguró que “es preocupante que haya un ambiente hostil creciente hacia los inmigrantes”.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, se reunirán en Bruselas el 25 y el 26 de junio, y discutirán sobre las cifras de reparto según la iniciativa de la Comisión.
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