Pueblo ecuatoriano rindió homenaje al diputado venezolano Robert Serra

Un emblemático homenaje fue rendido en Ecuador al diputado venezolano Robert Serra, quien asesinado la semana pasada, en un acto repudiado por la comunidad internacional.

En el evento, diversos asambleístas, intelectuales, diplomáticos y movimientos de solidaridad de ese país condenaron el asesinato de Serra.

En la embajada de Venezuela en Ecuador se abrió el Libro de Condolencias en honor a Serra. La embajadora venezolana, María Urbaneja, recibió al grupo, que expresó su repudio por el crimen de Serra, e hizo reconocimiento al compromiso revolucionario de quien fuera uno de los diputados más jóvenes en la historia parlamentaria venezolana.

"Yo como chilena, que sufrió la represión de los fascistas y que cuadros revolucionarios fueron muertos por esta gente, entiendo el dolor y la rabia que siente el pueblo venezolano por esta pérdida", expresó la escritora Martha Harnecker, quien agregó que ante estos hechos debe prevalecer especialmente la unidad y la organización popular.

También allí, el embajador de Cuba en Ecuador, Jorge Rodríguez, resaltó la similitud entre este crimen planificado y la voladura del avión de Cubana de Aviación en Barbados, en el que murieron 73 personas, tragedia de la cual se cumplieron 38 años este 6 de octubre.

"En un momento como este, además de expresar nuestra indignación, expresamos nuestra solidaridad y apoyo al hermano pueblo venezolano; a su Gobierno, su Revolución. Estos crímenes no impedirán ni nos harán cejar en el camino que nos hemos trazado por la definitiva independencia de nuestros pueblos", manifestó el representante diplomático.

Diego Vintimilla, integrante de la Juventud Comunista del Ecuador y asambleísta nacional, se mostró indignado por tener que despedir a un joven como Serra y señaló que su homólogo venezolano fue ejemplo del hombre nuevo que planteaba el Che Guevara.

El libro de condolencias permanecerá abierto al pueblo ecuatoriano hasta este jueves en la sede diplomática de Venezuela en Quito (Capital), como un espacio para rendir homenaje póstumo y reavivar el ímpetu revolucionario de Robert Serra.

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