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El Gobierno brasileño reaccionó contra el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que reprobó los números de la gestión de 2014.
El Gobierno de Brasil criticó al Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de proceder con intenciones políticas y forzar "artificialmente" un movimiento de "casación electoral" contra la presidenta Dilma Rousseff, luego de que reprobara los números de la gestión 2014 de la mandataria.
El fiscal brasileño, Luis Inácio Adams, afirmó que el TCU procedió con parcialidad e intencionalidad política.
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Adams precisó que las conclusiones contra la presidenta Rousseff crearon "artificialmente un movimiento de casación electoral"; sin embargo indicó que “el juego no ha terminado”.
El funcionario aseveró que el rechazo de las cuentas del 2014 viene impulsando por la oposición brasileña.
Mientras tanto, la oficina de prensa de la Presidencia de la República comunicó que los órganos técnicos y jurídicos del gobierno tienen plena convicción de que hay motivos legales para el rechazo ante la decisión del TCU.
En la nota oficial publicada, se critica al Tribunal de Cuentas por haber sancionado medidas del Gobierno destinadas a financiar "programas sociales como la Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida".
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Al rechazar las cuentas de la gestión 2014 del Gobierno brasileño, el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) abre camino a un eventual juicio político contra Dilma Rousseff en el Congreso, donde será examinado el parecer de ese organismo de carácter consultivo..
