Las negociaciones de paz del Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han emprendido la construcción de acuerdos sobre el tema de las drogas y el narcotráfico.
La información fue dada a conocer mediante un comunicado divulgado este jueves, luego de haber culminado un nuevo ciclo de conversaciones.
El texto señala que ambas partes ya tienen los "primeros borradores" sobre la parte de ese tema referida a la sustitución de cultivos ilícitos de coca, marihuana y amapola.
La información fue confirmada por el jefe del equipo negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle. "Hemos iniciado ya (...) la construcción de acuerdos en uno de los temas sensibles de la agenda de conversaciones como lo es la solución al problema de las drogas ilícitas", afirmó en medio de una declaración ante medios de comunicación en la capital cubana.
Las partes están de acuerdo en que las soluciones y planes para la sustitución de cultivos de drogas debe enmarcarse en una reforma rural integral, asunto que constituyó el primer tema de debate en este proceso de paz y sobre el que las partes llegaron a un acuerdo a mediados de 2013.
Las delegaciones indicaron en el comunicado conjunto que sobre los diferentes lineamientos en torno a los cultivos ilícitos "estamos elaborando soluciones" ya que el tema de las drogas es el asunto que actualmente debaten las delegaciones en los Diálogos de Paz que se desarrollan en La Habana, capital de Cuba.
Las delegaciones del grupo insurgente y del Gobierno colombiano iniciaron el proceso de conversacionesel pasado 18 de octubre de 2012, en la ciudad de Hurdal, en las afueras de Oslo (capital), que posteriormente fue trasladado a Cuba.
En esa reunión, los representantes de ambas partes establecieron una agenda de cinco puntos para debatir: el desarrollo agrario, participación política, fin del conflicto y desmovilización, solución al problema de las drogas ilícitas y reparación a las víctimas.
Posteriormente, a estas temáticas se agregó un sexto punto concerniente a la verificación y refrendación de los acuerdos finales.
Todo con el fin de acabar el conflicto armado en la nación suramericana, el cual ha dejado casi cuatro millones de desplazados y 600 mil muertos en aproximadamente 50 años, en cuyo proceso también han participado grupos de insurgentes, paramilitares de derecha y organizaciones relacionadas con el narcotráfico.