El ambiente político para el presidente de Francia, François Hollande, se ha nublado tras cometer críticos errores a lo largo de su primera mitad de mandato, y parece el final de su segundo período.
Hollande llegó este 6 de noviembre a la mitad de su gestión con un negativo balance, político, económico, social y hasta personal, luego de protagonizar un escándalo amoroso a principios de año. El desempleo explica gran parte de su revés y su impopularidad, puesto que 84 por ciento de la población no está de acuerdo con su mandato.
Para variar, es señalado responsable de la muerte de Rémi Fraisse, un joven ambientalista que falleció durante un enfrentamiento con policías, en una protesta contra la construcción de una presa al sur del país el pasado 26 de octubre, hecho calificado como una “mancha indeleble sobre la acción del Gobierno”.
Te mostramos los declives del jefe de Estado, que anuncia no ir a reelección.
Desempleo: En cifras ha aumentado 27 veces la caída del empleo en Francia a lo largo de 30 meses de mandato de Hollande. A finales de septiembre el país contaba con 3,43 millones de personas sin ocupación, que representó ese mes a 9,7 por ciento de la población, de acuerdo con RFI.
El ministro del Trabajo, François Rebsamen, reafirmó en el Gobierno ha fracasado en esta materia, y 97 por ciento de los franceses está de acuerdo con esta afirmación. Lo cierto es que desde la llegada de Hollande, millón y medio de personas ingresaron a la lista del paro laboral.
Este jueves, Hollande repitió esas declaraciones con otras palabras y aseguró que “el problema es que no tenemos suficiente crecimiento, por esa razón hay que buscarlo a nivel europeo". Además insistió en que "en los dos años y medio que me quedan, voy a ir hasta el fondo en las reformas".
"Manuel Valls (primer ministro) debe dejar el gobierno. Los socialistas tienen un deber de desobediencia y resistencia para combatir el desastre político del primer ministro. Es un escándalo que las ideas social-liberales de Valls, ultraminoritarias dentro del PS (...) debe irse, por el bien de Francia y por el bien del socialismo", aseveró el presidente socialista del Consejo general del Jura Christophe Perny.
El escándalo fue tela que cortar en Francia, tanto que la población se llegó a preguntar quién era la primera dama. La presión agotó la paciencia de Hollande, quien semanas después anunció que había terminado su relación oficial con Valérie. Este fue comienzo del fin de una tradición gala: la separación absoluta entre las esferas privada y pública de los políticos franceses, de acuerdo con la revista Semana.