El Parlamento francés adoptó este jueves definitivamente la reforma penal impulsada por la ministra de Justicia Christiane Taubira, que está dirigida a disminuir la población carcelaria y facilitar la reinserción social de los expresos.
La principal innovación de la normativa es la posibilidad de que quienes sean condenados con hasta cinco años de prisión por delitos de menor cuantía, puedan sustituir el encarcelamiento por la realización de servicios públicos establecidos por los jueces y mediante un control.
De acuerdo con la titular esta medida permitirá prevenir la reincidencia, favorecerá la reinserción social y al mismo tiempo disminuirá el hacinamiento en las prisiones, donde en la actualidad hay 68 mil 800 presos.
El texto concreta también el compromiso de campaña del presidente Francois Hollande de suprimir las llamadas penas mínimas, aprobadas durante el Gobierno de Nicolás Sarkozy (2007-2012).
Ese sistema obligaba a los jueces a aplicar una condena predeterminada a quienes volvían a delinquir tras haber estado en prisión, independientemente de la existencia de circunstancias atenuantes.
Taubira consideró que cada caso debe ser tratado de forma individualizada en los tribunales y los magistrados necesitan contar con la libertad necesaria para dictar justicia.
La iniciativa contó con el apoyo en el Senado del gubernamental Partido Socialista, de los ecologistas y partidos de izquierda, mientras que la mayoría de los miembros de la conservadora Unión por un Movimiento Popular y los de centro se pronunciaron en contra.