El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, descartó la posibilidad de nuevas negociaciones con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) para intentar alcanzar la paz y resaltó que la política será liquidar al grupo.
"A partir de ahora, ni la organización terrorista separatista, ni el partido bajo su control ni otras estructuras, serán aceptadas como interlocutor. Este asunto se ha acabado", dijo el jefe del Estado el miércoles en una reunión con dirigentes municipales en Ankara.
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Asimismo, aseguró que los miembros o simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) responderán ante la justicia y que las fuerzas de seguridad tienen la orden de acabar con el grupo pro kurdo.
"Levantaremos la región junto a nuestra nación. Nos sentaremos con nuestra nación y nuestros ciudadanos cuando nuestras fuerzas de seguridad hayan liquidado a los terroristas", añadió.
Las declaraciones de Erdogan se producen luego de que Bülent Arinc, quien fue un estrecho colaborador y cofundador del gobernante Partido Justicia y Desarrollo, opinará que debe haber un nuevo proceso de paz que incluya a Abdullah Öcalan, el encarcelado líder del PKK.
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EN CONTEXTO
El PKK inició la lucha armada contra el gobierno turco en 1984 con el objetivo de establecer un Estado autónomo y lograr más derechos para los kurdos, que suman unos 12 millones, según cálculos difundidos por medios de comunicación.
Erdogan considera ilegal y terrorista al PKK, por lo que lanzó un operativo contra las fuerzas rebeldes kurdas y el autodenominado grupo Estado Islámico (EI) en la frontera con Siria, para incitarlos a que se retiren del país; además participa en la avanzada militar occidental que tiene como finalidad derrocar el gobierno legítimo de Bashar Al-Assad.
A raíz de los ataques, el grupo rebelde kurdo decidió en julio de 2015 terminar con el alto el fuego proclamado dos años antes y defender sus posiciones.