Dos icebergs amenazan al planeta, informó la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés), luego de que a principios de este mes se desprendieran de la plataforma de hielo Nansen, en la Antártida.
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Datos científicos estiman que los icebergs, de 10 y 20 kilómetros de longitud, no representen un peligro para la navegación, pero lo que temen los especialistas es que su deshielo produzca un aumento de la cantidad de agua que tienen los océanos.
Uno de los encargados de la investigación, el geólogo y periodista Konstantín Ranksen en el portal Slon, informó que los pronósticos indican que el nivel del mar podría tener alrededor de 90 centímetros más en 2100.
Los especialistas se muestran preocupados porque el derretimiento acelerado de las zonas costeras del continente helado —que protegen a las plataformas de los golpes de las olas y ralentizan su proceso de fusión y descenso hacia el océano— es una posibilidad real.
Ranksen destaca que debajo de la Antártida Occidental circula una corriente de agua cálida, que acelera el desplazamiento de los glaciares hasta el mar y, por tanto, aumenta su velocidad de derretimiento.
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En marzo de 2015 científicos estadounidenses determinaron que el hielo en el borde de la Antártida se derrite más rápido de lo pensado, lo que potencialmente podría traducirse en varios metros en la elevación del nivel del mar a largo plazo.
Los especialistas realizaron un trabajo de investigación de 18 años -utilizando datos satelitales- determinaron que las plataformas de hielo flotantes que circundan la Antártica están perdiendo 310 kilómetros cúbicos de hielo cada año, de acuerdo al texto del estudio publicado el 26 de marzo de 2015 en la revista Science.
Pronóstico reservado
>> Según el estudio el aumento del nivel del mar alcanzará en primer lugar a los países desarrollados con costas planas bajas.
>> En Europa, los perjudicados serán Países Bajos, Dinamarca, el sur de Suecia y los países bálticos, el nordeste de Italia y el oeste de Francia. Al mismo tiempo, millones de personas que viven en las regiones litorales de EE.UU. y China se verán afectadas.
>> En las próximas décadas habrá millones de damnificados, que se convertirían en migrantes climáticos.
>> La infraestructura social e industrial de los países desarrollados desaparecerá.
>> En los próximos 20 años muchos destinos vacacionales dejarán de existir y la humedad costera contribuirá a la reproducción de insectos nocivos y portadores de enfermedades infecciosas.
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