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Habitantes del Paisnal y Aguilares, en El Salvador, celebraron el 87 aniversario del nacimiento y el pedido de beatificación de Rutilio Grande, quien fuera asesinado por la Guardia Nacional de ese país en el año 1977.
Han pasado 38 años de su muerte martirial y ahora su pueblo y funcionarios de gobierno celebran que el Papa Francisco, diera instrucciones al Arzobispado de San Salvador para iniciar el proceso de investigación para beatificar al Padre Grande, quien sería el segundo beato del país de ser ordenado.
Felicita Hernández, lidereza de las Comunidades Eclesiales de Base, manifestó “La Beatificación del Padre Rutilio Grande es lo mejor que nos ha pasado a todos nosotros, un orgullo tener nuestro profeta propio en nuestro pueblo”.
“Tuve la gracia de conocerlo en persona y cuando lo mataron fue un duro golpe para todos; recuerdo que hasta Monseñor (Oscar) Romero dijo que no asistiría a ningún evento de ese gobierno mientras no investigara la muerte del Padre Grande”, reseñó.
El Secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas afirmó que el acto revestía una gran trascendencia en diversas dimensiones como la recuperación de la Memoria Histórica de ciudadanos relevantes como el Padre Rutilio Grande, y su permanencia en la memoria de la población.
“Esta es una muy buena manera de rescatar la memoria y la esperanza que significa para el pueblo y participar activamente en estas actividades es una manera de reconocer a las municipalidades como en El Paisnal no solo para sus ciudadanos, sino, para el país”, manifestó.
En un ambiente de fiesta popular, los pobladores de El Paisnal y Aguilares conmemoraron una misa en nombre de Romero y Grande que en vida fueron grandes amigos.
“Vamos todos al banquete, a la mesa de la creación; cada cual con su taburete tiene un puesto y una misión”. Padre Rutilio
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Rutilio Grande es recordado como un sacerdote sencillo y amable predicó a su pueblo la palabra de Dios y llamó a construir una “Mesa Común para Todos y Todas”, para trasformar la desigualdad y luchar por la justicia social; pero que los terratenientes de la zona lo tomaron como amenaza del comunismo iniciando una confrontación contra la pastoral del sacerdote jesuita.
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