El Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) continúan este jueves las negociaciones de paz con la definición de los términos del cese al fuego bilateral.
Para ello, la ONU envió a Colombia una delegación que supervisará el cumplimiento de esa tregua que se acerca a la firma de la paz definitiva.
Se trata de una misión política con observadores latinoamericanos y caribeños, que contribuirá a verificar la inactividad de todos los fusiles y la dejación de las armas por parte de los insurgentes, una vez que las partes decreten los acuerdos al respecto.
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La víspera, la insurgencia manifestó que este podría ser el año del fin de la guerra.
Iván Márquez, jefe de la delegación de las FARC-EP en la mesa de diálogo, indicó que están en un momento decisivo del proceso, por lo que el compromiso y la decisión política de la insurgencia es continuar avanzando hacia la firma de un acuerdo final, "que inicie la compleja etapa de 'Fin del conflicto' e implementación de todo lo pactado".
Dicho acuerdo final debe gozar del más amplio respaldo del pueblo colombiano. No obstante, el mecanismo para refrendar este punto es objeto de controversia en La Habana, y se espera sea dilucidado en el presente ciclo de los diálogos.
El mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, prefiere un plebiscito popular, mientras que la insurgencia demanda la celebración de una Asamblea Nacional Constituyente. Hasta la fecha, las partes han consensuado en temas como la reforma rural integral, participación política, combate a las drogas ilícitas y reparación a las víctimas del conflicto.
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