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  • El hallazgo se produjo durante una excursión escolar (Foto: Biobio Chile)

    El hallazgo se produjo durante una excursión escolar (Foto: Biobio Chile)

Publicado 26 mayo 2014



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El hallazgo se efectuó por casualidad el sábado, cuando un grupo de niños realizaba una de las expediciones habituales de la Academia de Arqueología de la Escuela América, en el Morro de Arica (2.062 kilómetros al norte de Santiago), en el sector de la playa El Laucho, explicó a un periódico regional Hans Neira, profesor y guía de la excursión.

Los niños se encontraban realizando las tareas didácticas de excavación habituales cuando uno de ellos detectó una forma extraña que resultó ser la momia.

Expertos habían afirmado que tras el terremoto del 1 de abril, era posible ver restos arqueológicos por esa zona.

Esto "es un llamado de atención en torno a que este lugar debe ser cautelado debido a lo que representa, entendiendo que es un gran cementerio precolonial que se extiende hasta muy al sur de este sector", explicó el profesor.

Hace siete mil años, en la quietud del desierto del norte de Chile, un pueblo de personas que hoy conocemos como cultura Chinchorro, emprendió un trabajo fascinante: la preservación de sus muertos. Dos mil años antes que los egipcios, estos antepasados elaboraban las primeras momias artificiales del mundo.

Para realizar este especializado trabajo, los Chinchorro crearon varias técnicas con las cuales confeccionaron momias clasificadas en 3 tipos: Negras, Rojas y con Vendas. En el patio de sus pequeñas viviendas, construidas de palos y cubiertas de pieles de animales marinos y totoras, tenían todos los implementos usados por los expertos y aprendices que practicaban estas técnicas mortuorias: arcillas, fibras, cuchillos, pinturas, cuerdas y agua.


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