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“Somos chavistas hasta la muerte”. Así se expresó el astro del fútbol, Diego Armando Maradona, a principios de agosto pasado, en tan solo una de tantas demostraciones de su apoyo a los procesos izquierdistas en América Latina.
Además de su respalado a la Revolución Bolivariana en Venezuela, Maradona comparte simpatías con las revoluciones que se llevan a cabo en Cuba, Bolivia y Nicaragua, así como abogó por la continuidad del kirchnerismo en Argentina.
Fanático empedernido de la figura del Che Guevara, el "10" se ha reunido con diversos jefes de Estado y de Gobierno de la región, incluido el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a quien veía como un "segundo padre".
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Con Fidel se encontró en varias ocasiones e incluso se tatuó su rostro, así como había hecho previamente con el del Guerrillero Heroico, a quien lo lleva presente irónicamente en su brazo derecho.
Recientemente la exestrella del FC Barcelona y de Boca Juniors ha estado en territorio venezolano, donde se reunió con el presidente de esa nación, Nicolás Maduro, a quien ha expresado su apoyo en varias ocasiones, tal como lo hizo en su momento con el líder histórico de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.
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"Lo que me dejó Hugo fue una gran amistad, una sabiduría política increíble. Hugo Chávez ha cambiado la forma de pensar del latinoamericano, nosotros estábamos entregados a Estados Unidos y él nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos", dijo en su momento en una entrevista para teleSUR.
Entre tantas ocasiones que Maradona compartió escenario con el comandante Chávez destaca una: 2005, Cumbre de Mar del Plata, cuando la consigna “No a Bush y No al ALCA” resonó en los pueblos latinoamericanos que acudieron al Estadio José María Minella.
Críticas a la suntuosidad del Vaticano, apoyo al derecho de Palestina a tener su Estado propio o su postura marcada contra el imperialismo norteamericano, también forman parte de la huella política de Diego Armando Maradona, un zurdo de los campos de fútbol y de la política.
