Colombia continúa en la vía de la privatización de las empresas públicas, uno de los puntos cruciales del neoliberalismo. En el país suramericano, privatizar empresas significa concentrar más la riqueza, debido a que los únicos que pueden acceder a la compra de acciones son personas de estratos altos y de capitales mal habidos. Algunas de las empresas que han sido privatizadas en Colombia son: Teléfonos de Bogotá, la comercializadora de carbón Carbocol, y la última Isagen.