Sobre Manuel Rosales, exgobernador del estado venezolano de Zulia (noroccidente) que ha permanecido prófugo de la justicia durante seis años, pesan cargos por manejos dolosos, desvíos de fondos y acumulación de recursos sin declaraciones.
Para no hacer frente al proceso judicial en su contra, Rosales huyó de Venezuela en abril de 2009 y fue recibido el 27 del mismo mes por el Gobierno de Perú, que le otorgó asilo político por "razones humanitarias”.
El exgobernador regresó al país suramericano en un vuelo comercial procedente de Aruba hasta el Aeropuerto Internacional La Chinita en el Zulia, acompañado de integrantes del partido Un Nuevo Tiempo, tres de sus hijos, su abogado Jesús Ollarves y un equipo de periodistas de un diario local.
De acuerdo con la agenda del prófugo venezolano, a su llegada a Venezuela se dirigiría a la calle 72, una concurrida vía de la entidad, para reunirse con opositores venezolanos, así como asistir a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, sin embargo, la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, aseguró en días pasados que sería detenido a su arribo por los cargos que pesan en su contra.
“Él tiene una orden de captura (...) si llega se le privará de libertad”, afirmó la fiscal y agregó que a Rosales “se le respetarán todos sus derechos si es verdad que viene. Y me parece muy bien que venga y que le haga frente a la justicia. Ese es el comportamiento que deben tener todas las personas”.
Al respecto, la dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Edga Vílchez, señaló que el regreso de Rosales no es un gesto de arrojo ni de valentía, sino que se debe al pago “que el exgobernador tendría que hacerle a sus financistas norteamericanos, europeos y venezolanos por permitir llevar la presunta vida de rey que ha tenido lejos del país”.
En este sentido, apuntó que “su principal encomienda es regresar el caos y violencia no solo a Maracaibo (capital del Zulia), también a otras ciudades del país, con el objetivo de que suspendan las elecciones de diciembre. Ellos saben que están perdidos”.