El Congreso brasileño aprobó el miércoles en la noche el Presupuesto del Gobierno para 2018 con un gasto público de 3,5 billones de reales, que incluye una serie de recortes en áreas sociales.
A pesar de que el presupuesto fijado por la instancia legislativa contempla una partida para un fondo electoral que costeará las campañas de los partidos para las elecciones presidenciales de 2018, los diputados votaron por reducir la inversión social.
Se retiraron 56 billones de reales para la educación y se estipuló además como salario mínimo 965 reales, lo que supone un ligero crecimiento del 3 por ciento con respecto al del año pasado, cuando se ubicó en los 937 reales, sin embargo, es menor de lo previsto.
Sumado a esto, el Congreso brasileño apostó por unos 316 billones de reales para pagar la deuda pública.
"No conseguí atender todas las demandas, pero procuré ser lo más responsable posible", dijo el instructor de la propuesta presupuestaria, el diputado Cacá Leão, citado en un comunicado.
>> El 60% de los brasileños desaprueba gestión del Congreso
El texto, aprobado a última hora del miércoles, será remitido para la sanción del presidente no electo de Brasil, Michel Temer, momento a partir del cual entrará en vigor.
Reforma de pensiones para 2018
En la misma sesión se decidió que la votación sobre la reforma de pensiones, plan con el que Temer planea continuar su política de recortes, se llevará a cabo el próximo año.
>> Congreso de Brasil prioriza la reforma de sistema de pensiones
Este jueves se decidirá la fecha exacta para la votación de esta polémica reforma, que ha generado rechazo en los sectores sociales de Brasil.