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Santoyo mantenía nexos con paramilitares en Colombia

Santoyo mantenía nexos con paramilitares en Colombia | Foto: Archivo

Publicado 24 noviembre 2015



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El general retirado y exjefe de seguridad de Álvaro Uribe Vélez, paga más de 13 años de condena en Estados Unidos por vínculos con grupos paramilitares, participar en las escuchas ilegales del antiguo DAS, así como en asesinatos de activistas de Derechos Humanos en el país.

Medios colombianos difundieron este lunes una grabación en la que el narcoparamilitar Diego Murillo Bejarano, ‘Don Berna’, relata que el entonces comandante del Gaula de la Policía de Medellín, Mauricio Santoyo, no solo desvió investigaciones de crímenes de gran impacto social en Colombia, sino que mantuvo nexos orgánicos con el paramilitarismo desde principios de los 90. 

Santoyo, actualmente paga condena de 13 años en la prisión en el Federal Correctional Complex, en Florida ( sur de Estados Unidos, EE.UU.), tras admitir que ayudó a los paramilitares entre el 2001 y el 2008. Pero ‘Don Berna’ asegura que el general retirado estuvo con ellos desde mucho antes. 

DATO »   Mauricio Santoyo  fue comandante del Gaula (grupo especial de la policía de Colombia) entre 1996 y diciembre de 1999. Luego, se convirtió en jefe de seguridad del presidente Álvaro Uribe.
Las autoridades suponen que durante su desempeño al lado de Uribe (cuatro años) consolidó alianzas con los ‘paras’, iniciadas en años anteriores.
Según la revista Semana.com,  el dúo Uribe-Santoyo fue tan poderoso que blindó al coronel de los organismos de control y la Justicia hasta el año 2003, cuando la Procuraduría lo destituyó por lo de las “chuzadas”. Pero salió ileso del proceso en 2006 tras un fallo del Consejo de Estado.

Don Berna habla a la Fiscalía de las actividades de Santoyo en 2001, no porque desde ese momento haya comenzado su relación con los paramilitares, sino porque en ese año Estados Unidos inició el proceso legal en su contra.

Además dijo que siendo jefe de seguridad de la Casa de Nariño (Gobierno), dirigió interceptaciones ilegales para recoger información y enviárselas a los ‘paras’  "en la comisión de actos terroristas y narcotráfico"; al mismo tiempo les informaba sobre los pinchazos que las autoridades les hacían a ellos, cita la revista Semana.

Santoyo admitió al entregarse que facilitó el traslado de oficiales corruptos a zonas donde se encargaran de ellos los paramilitares, y que alertó a narcotraficantes de las investigaciones que agentes secretos de EE.UU. Gran Bretaña y Colombia tenían contra ellos. 

Lee » Contexto de las "chuzadas", el caso de escuchas ilegales.

También “notificó a miembros de los grupos paramilitares que iban a ser capturados, incluso en casos de autoridades colombianas vinculada con la Administración para el Control de Drogas (DEA por su sigla en inglés)", afirma Don Berna. 

Lee » Nuevo escándalo en Colombia por escuchas ilegales.

Antes de llegar a ser la sombra de Uribe, Santoyo fue comandante del Cuerpo Élite Antiterrorista (2000 a 2002), desde donde combatió a bandas posteriores a Pablo Escobar y afianzó nexos con los narcos de Medellín, en especial con alias Rogelio, un exdetective del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) en la Oficina de Envigado, aliado de Don Berna.

Con Rogelio estuvo firme en la guerra contra la banda la Terraza, que luego de ser aliada para matar a Pablo Escobar quería quedarse con parte del negocio de la droga, refiere Semana. 

En 2001, un agente denunció que el Gaula, bajo el mando de Santoyo, había colaborado con la Terraza y con paramilitares: "Se escoltaba armamento hacia la zona rural y se interceptaban teléfonos de guerrilleros o de personas que le debieran algo a los paramilitares".

La banda ya le había enviado una carta al entonces presidente de Colombia, Andrés Pastrana en la que decían:

"Santoyo (fue) el encargado de ejecutar el secuestro y desaparición de Jairo Bedoya, miembro de la organización indígena de Antioquia". Y agregaban que: "a principios del año, nuestro grupo le hizo entrega de un carro Volkswagen Golf morado con material explosivo para que se anotara un positivo".

Testimonios claves 

La Fiscalía tuvo acceso a una serie de testimonios que salpican a Santoyo y confirman su vinculación con narcoparamilitares.

Al tomar la decisión de entregarse para enfrentar juicio en mayo pasado, estaba convencido de que podría demostrar su inocencia, pero no contaba con que algunos de sus cómplices lo delatarían.

Las primeras pruebas fueron las de alias Rogelio, que se entregó desde 2008, y dio a la Fiscalía charlas con Santoyo, que podían ser útiles para negociar su pena en la nación norteamericana.

A estas se sumaron las de mayores retirados, Roque García y Bayron Ordóñez, fichas claves de Santoyo en la Oficina de Envigado.

"Roque aceptó que trabajaron por años con ellos. Aceptó que varias veces recibió dinero de la Oficina para él y para el general Santoyo", dijo a SEMANA una fuente anómina.

También el líder paramilitar, Salvatore Mancuso, reveló cómo Santoyo los ayudaba con las escuchas ilegales:

"Hicimos un trabajo de interceptaciones como las de Ronald Ruiz (de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo) y las de alias Byron (del Ejército de Liberación Nacional)”, contó Mancuso, aunque Santoyo trabajó en muchos casos más.

Ante la cantidad de pruebas en su contra decidió no dar la pelea y el 20 de agosto pasado confesó y llegó a un acuerdo con la Fiscalía.

Ahora, Don Berna asegura que ayudó a desviar la investigación por la muerte del humorista Jaime Garzón ocurrida en agosto de 1999. Según el paramilitar, Santoyo buscó ocultar el crimen para bajar la presión de las autoridades.

“Porque había personas mirando a Medellín y a la organización, uno tenía que proteger la organización y desviar ese homicidio (…) el Guala de Medellín estaba con nosotros y nosotros lo apoyábamos con información o con lo que se necesitaba”, recalcó Don Berna.

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