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La escalada de violencia de las últimas seis semanas en la occidental provincia iraquí de Al Anbar ha provocado 300 mil desplazados, informó la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Según un reporte de esa agencia, la cifra corresponde a unas 50 mil familias que han tratado de escapar de la inseguridad en las ciudades de Fallujah y 
Ramadi, donde tropas gubernamentales enfrentan al Estado Islámico de Irak y el Levante, organización afiliada a la red terrorista Al Qaeda.
Autoridades locales estiman que necesitarán 35 millones de dólares para lidiar inicialmente con las necesidades humanitarias causadas por la crisis en Al Anbar, reseñó Prensa Latina.
De acuerdo con la Acnur, los desplazados se ubican en escuelas, mezquitas y otras instalaciones públicas en las afueras de la propia provincia, aunque 60 mil huyeron hacia otros territorios.
La ONU pidió al gobierno de Irak facilitar la apertura de un corredor humanitario para alcanzar a los desplazados y a las familias varadas en la provincia de Al Anbar.
En las últimas semanas, varios puentes que conducían a la zona en conflicto y a las comunidades que albergan a los desplazados fueron destruidos, lo que ha dificultado el acceso.
La Acnur señaló que en estos momentos es imposible llegar a la zona desde Bagdad y que las agencias humanitarias están empleando carreteras provenientes del norte de Irak.
El drama de los desplazados
Según informes, los miles de desplazados que están llegando a las ciudades de Bagdad, Erbil, Kerbala, Salah-al-Din y Ninewa, no cuenta con dinero para adquirir alimentos y carece de la vestimenta adecuada para las condiciones lluviosas. Los niños no están en la escuela y las condiciones sanitarias, en particular para las mujeres, son inadecuadas.
Expertos advierten que niños, mujeres embarazadas y demás civiles requieren asistencia médica, agua potable, alimentos, camas, artículos de higiene y utensilios de cocina.
Con las nuevas personas afectadas, supera ampliamente el millón la cantidad total de desplazados en Irak, país sumido en una década de desestabilización y violencia, después de que en 2003 Estados Unidos encabezara una invasión y posterior ocupación.
Cientos de miles de desplazados aún no han regresado a sus casas desde que las abandonaron entre 2006-2008, otro período caracterizado por enfrentamientos y atentados.
El mes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU manifestó preocupación por la crisis en Al Anbar, y acusó al Estado Islámico de Irak y el Levante de buscar la desestabilización nacional y regional.
Además, llamó a promover el diálogo y la unidad en el país petrolero, donde en 2013, más de nueve mil personas perdieron la vida por la violencia, casi ocho mil de ellas civiles.
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