Un estudio difundido por la universidad australiana de Adelaida y la de Nueva Gales del Sur, sostiene que un abrupto calentamiento global, parecido al que se registra en la actualidad fue una de las principales razones para la extinción masiva de los mamuts y no el frío como se creía.
Los expertos que utilizaron técnicas avanzadas para el análisis de ADN y registro geológicos coincidieron que una serie de rápidos y cortos eventos sumieron a la Tierra en una importante suba de la temperatura que propició la desaparición de estos enormes mamíferos.
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El investigador y profesor de la Universidad de Adelaida, Alan Cooper, señaló que "este abrupto calentamiento tuvo un profundo impacto en el clima que causó cambios marcados en la precipitación global y los patrones de vegetación".
Los investigadores refutan así la muerte de los mamuts por periodos máximos de frío e incluso por la presencia de los humanos, aunque estos también jugaron un importante rol.
Los científicos también consideran que el posterior incremento de los humanos afectó a la población de estos animales, que ya se encontraba bajo estrés.