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Tras golpe de Estado seguidores de Mursi han salido a las calles a pedir la restitución del presidente derrocado. (Foto: Archivo)

Tras golpe de Estado seguidores de Mursi han salido a las calles a pedir la restitución del presidente derrocado. (Foto: Archivo)

Publicado 24 marzo 2014



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El nuevo Gobierno de Chile, encabezado por Michelle Bachelet, anunció este lunes que retirará del Congreso tres leyes con correcciones al modelo educativo introducidas por la administración de su antecesor, Sebastián Piñera, a meses de lanzar su prometida reforma por una educación pública gratuita.

La normativa que se echó para atrás abarca los proyectos de ley para el financiamiento de la educación superior, la creación de la Superintendencia de Educación Superior para vigilar al sector y la Agencia Nacional de Acreditación.

Las iniciativas legales en esta materia del gobierno del derechista Sebastián Piñera "contradicen los principios y pilares de la reforma educacional propuesta por la Presidenta Bachelet", señaló el portavoz de la nueva administración, Álvaro Elizalde.

“El gobierno mantiene lo bueno de la administración anterior, corrige lo malo y lo novedoso que forma parte del programa de gobierno", sentenció.

Tras las masivas marchas protagonizadas en 2011 por los estudiantes chilenos en demanda a un cambio en el privatizado modelo educativo heredado de la dictadura, Piñera accedió a rebajar las tasas de los créditos universitarios y a aumentar la regulación para asegurar más calidad, pero sin cambiar las bases del modelo.

Piñera también elevó los impuestos y destinó un mayor presupuesto a educación, medidas que fueron consideradas insuficientes por el movimiento estudiantil.

Bachelet, en tanto, se ha comprometido a enviar al Congreso en sus 100 primeros días de gobierno una reforma educativa que garantice calidad, gratuidad en la universidad, y el fin del lucro en escuelas subvencionadas.

El cambio en la educación es la base de su programa para lograr una disminución de los altos índices de desigualdad que ostenta Chile, un país que bordea los 20 mil dólares de renta por cápita.

Para financiarla, el gobierno tiene previsto proponer una reforma tributaria que recaude ocho mil 200 millones, equivalentes al tres por ciento del PIB, a través de un aumento de los impuestos a las empresas del 20 al 25 por ciento, entre otras medidas.

Es todavía una incógnita cómo Bachelet introducirá los cambios al sistema educativo y cómo estos afectarán a las universidades privadas y los colegios subvencionados, donde acude la mayoría de alumnos chilenos.


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