Luego de que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, catalogara el miércoles a su homólogo egipto, Abdel Fattah el Sisi, de golpista ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), las relaciones diplomáticas entre ambos países aumentaron su nivel de tensión, al punto que fue suspendida una reunión que ambos mandatarios iban a sostener.
Un consejero del jefe de Estado de Turquía negó que ambos mandatarios hubieran planeado reunirse en paralelo con los encuentros del LXIX período de sesiones de la Asamblea General.
Por su parte, un comunicado del Ministerio de Exteriores egipcio, emitido a nombre del titular, Sameh Shukry, denunció que el presidente turco se ha esforzado en esparcir el caos y la división en el Medio Oriente con el apoyo político y la provisión de fondos a grupos terroristas en su propio interés.
El documento añade que el mandatario turco violó las normas de la ONU al intervenir en los asuntos internos egipcios y por lo tanto el canciller Shukry decidió cancelar la reunión bilateral, que debía ocurrir este jueves, según la versión egipcia.
Los nexos entre El Cairo y Ankara se deterioraron de manera ostensible tras la deposición por el Ejército en julio de 2013 del presidente Mohamed Morsi, un miembro de la cúpula de la rama egipcia de la Hermandad Musulmana.