Un grupo de milicias ejecutaron un ataque a la sede del parlamento libio en Trípoli. Los ataques perpetrados, que dejan en evidencia la inestabilidad del gobierno de transición y la ola de violencia que conduce al país a la anarquía, dejaron un saldo de 77 muertos y 141 heridos.
El gobierno del nuevo primer ministro libio, Ahmad Maitiq, esperaba obtener el voto de confianza en el parlamento, cuando la sesión fue levantada tras recibir el aviso del asalto al parlamento por parte de milicianos.
Los ataques entre milicias se han multiplicado tras el derrocamiento y asesinato del presidente Muammar Al Gaddafi en 2011. La situación del gobierno de facto de Libia es tan crítica que han pedido deposición de las armas y tomar vías de diálogo.
"El pueblo libio no permitirá que el país se convierta en refugio de terroristas y extremistas", anunció el jefe de la policía militar, Mojtar Fernana, pese a que la instauración del autoproclamado gobierno libio fue producto del accionar de grupos terroristas armados por la coalición de Occidente a solicitud de los opositores a Gaddafi.
La Unión Europea (UE), que financió y envió aviones a Libia para derrocar al Gobierno de Gaddafi, muestra ahora preocupación ante la inestabilidad y violencia que va en aumento en la zona y que ellos mismos propiciaron. "La Unión Europea está profundamente preocupada por la significativa erosión tanto la situación política como de la seguridad", afirma la Unión en un comunicado.
Milicias han atacado el parlamento en reiteradas ocasiones y políticos también han exigido su disolución. El conflicto tiene como antecedente la extensión del período de los parlamentarios, el cual culminaba el pasado mes de febrero, sin embargo aún no se establece la fecha de los comicios para elegir nuevos diputados.
También se registraron ataques en Bengasi, la segunda ciudad del país y origen del movimiento contra Gaddafi. En la sesión del parlamento que fue levantada se iba a discutir la inseguridad que impera en esa región.