Han transcurrido 51 días después que Alemania se proclamara campeona del mundo ante la selección Argentina, la Mannschaft se presenta con un equipo prácticamente idéntico al que disputó la final. Sólo el ex-capitán Philipp Lahm, Miroslav Klose y Per Mertesacker decidieron retirarse de su selección nacional. El escenario y el entorno del partido de hoy son diferentes al del pasado 13 de julio, día en el que Mario Götze inscribió su nombre en la historia del fútbol al anotar el gol que significaría la consagración alemana.
Entrar en el selecto grupo de países con cuatro títulos mundiales representa una responsabilidad para los alemanes. Ellos son el punto de mira mundial, son el equipo a batir. Desde ahora deben demostrar que todo lo que genera ser campeón del mundo no los presiona. Hoy frente a los albicelestes, una selección que sabe ganarle a un equipo recién campeón del mundo. Pues, ni dos meses después de que España se alzara con el título en la Copa del Mundo de Suráfrica 2010, los argentinos golearon a los ibéricos con un marcador de 4-1 con goles de Messi, Higuaín y Tevéz.
La novedad para el partido de hoy es que no juega Lionel Messi. El jugador argentino no forma parte de la plantilla del Director Técnico Gerardo Martino, sucesor de Alejandro Sabella, debido a problemas en los aductores. En el otro lado, el técnico Joachim Löw no podrá contar con Bastian Schweinsteiger, Sami Khedira, Mesut Özil, Jérome Boateng y Mats Hummels, todos lesionados. Pero mientras los argentinos intentarán redimirse, los alemanes ven el partido como una simple preparación para el choque que les espera el domingo contra Escocia. Será el primer partido de la clasificación para la Euro 2016 en Francia.