Felipe Abonza López, un dreamer de 20 años de origen mexicano denunció a través de una carta que funcionarios de la estación policial violan sus derechos humanos y se burlan de su discapacidad.
El gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) volvió a detener a un dreamer (soñador) discapacitado y sin antecedentes criminales. Esta acción refuerza las denuncias del carácter inhumano e indiscriminado de las redadas que ha lanzado el presidente de la nación norteamericana, Donald Trump, contra la comunidad inmigrante.
Los agentes de Inmigración y Aduanas (ICE) detuvieron a Felipe Abonza López, un dreamer de 20 años de origen mexicano que fue detenido el pasado octubre mientras conducía un automóvil con varios familiares indocumentados.
Pese a la promesa de la administración Trump de no ir contra los dreamers, este joven fue arrestado y ha permanecido detenido durante un mes en un centro carcelario en la localidad de Pearsall, Texas (oeste).
Felipe, quien llegó a EE.UU. con tan sólo 5 años, no tiene una pierna y usa prótesis. El joven denunció a través de una carta que funcionarios de la estación policial violan sus derechos humanos y se burlan de su discapacidad.
Tras la desaparición de este programa bajo el presidente Donald Trump, el Centro para el progreso americano (CAP, por su sigla en inglés) calcula que desde el pasado 5 de octubre y hasta el 5 de marzo de 2018, aproximadamente 122 derrames perderán su cobertura por día.
Rosa María Hernández, una inmigrante indocumentada de 10 años y con parálisis cerebral también fue detenida poco después de que se le practicara una operación de cálculos en la vesícula en un hospital de San Antonio, Texas. La menor ya fue entregada a sus padres. Fue considerado como un caso de carácter inhumano.