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La intención independentista de Escocia tiene grandes implicaciones a nivel económico, político y social. (Fotos: EFE)

La intención independentista de Escocia tiene grandes implicaciones a nivel económico, político y social. (Fotos: EFE)

Publicado 17 septiembre 2014



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En Escocia se llevará a cabo este jueves 18 de septiembre el referendo para decidir su separación del Reino Unido. El retroceso económico de la población, el neoliberalismo y los recortes sociales han agravado la crisis y potenciado los argumentos nacionalistas.

Este 18 de septiembre, los escoceses acudirán a las urnas electorales para ejercer su derecho al voto y decidir si se independizan o no del Reino Unido, después de haber estado unidos a este país por 307 años.

La intención independentista de Escocia tiene grandes implicaciones a nivel económico, político y social, surgiendo así varias interrogantes que merecen ser explicadas.

1. ¿Quiénes llaman a este referendo y por qué?

El Partido Nacional Escocés (PNE) es el principal impulsor del independentismo, no obstante, la iniciativa ha sumado grandes sectores de la población compartiendo el protagonismo en la iniciativa. El PNE ganó en 2011 por abrumadora mayoría las elecciones parlamentarias, y a partir de ello convocó a la contienda como una de las promesas durante la campaña de su líder, Alex Salmond.

El referendo es consecuencia del debilitamiento de los sectores dominantes de la sociedad británica. La crisis del capitalismo, la aplicación del modelo neoliberal, los recortes sociales (más de 75 mil millones de euros ) y la destrucción del estado de bienestar han agravado la situación y potenciado los argumentos independentistas.

El gobierno escocés dice que la unión entre Inglaterra, Escocia y Gales, no tiene ningún propósito y que una Escocia independiente, con su riqueza petrolera, podría convertirse en uno de los países más ricos del mundo.

Este país forma parte del Reino Unido desde 1707, cuando fueron aprobadas una serie de leyes por los parlamentos de los Reinos de Inglaterra y de Escocia para materializar la unificación.

Sus efectos principales fueron dos: la creación de un nuevo país, llamado Reino de Gran Bretaña, nombre que se usaba desde 1603, cuando la corona de ambos reinos -no así sus instituciones- quedó reunida en la persona de Jacobo I Estuardo; y la disolución de los parlamentos escocés e inglés para crear un único Parlamento de Gran Bretaña en Westminster (Londres).

2. ¿Qué está en juego?

Las reservas de petróleo y gas son clave en esta contienda independentista, que tiene grandes implicaciones económicas.

En el Mar del Norte se encuentran grandes yacimientos petroleros que generan recursos anuales estimados por 40 mil millones de dolares al año.

Los partidarios de la independencia apuntan al modelo de Noruega, que invierte la bonanza petrolera en un fondo soberano de inversiones, lo que podría convertir a Escocia en un Estado rico, si logra la independencia.

Por su parte, el gobierno conservador británico defiende que el Reino Unido ha sido una unión beneficiosa para todos sus ciudadanos y, en lo que respecta al petróleo, la explotación ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto, que será más necesario en el futuro debido a las dificultades de explotación.

3.-¿Cuál es el voto clave?

Según datos de la Oficina Electoral, en Escocia casi 4,3 millones de personas están inscritas para votar.

De ese total del electorado, 124 mil son personas de 16 y 17 años de edad (2,89 por ciento) que van a votar por primera vez.

Durante las últimas semanas, ambas campañas han centrado su interés en el electorado joven, el cual forma parte del 62 por ciento de la población con edad de trabajar (16 – 59 años).

Por otra parte, es destacable el sondeo por sexos, que refleja que el 47 por ciento de las mujeres registradas se oponen a la independencia, mientras que el 55 por ciento de los hombres escoceses apoyan la separación.

Un sondeo publicado recientemente  refleja el ascenso progresivo en los últimos meses del voto favorable a la independencia de Escocia  de 39 a 47 por ciento. Por su parte, el 'no' empezó el mes de agosto con un 61 por ciento de los votos, cifra que fue descendiendo hasta llegar al 53 por ciento de los sufragios a finales de agosto.

El resultado del referendo se determinará por mayoría simple (la mitad más uno) y el gobierno británico, que respalda la campaña a favor de la permanencia de Escocia en el Reino Unido, se comprometió a aceptarlo.

4.-¿Qué pasaría si gana el "No"?

Si la mayoría de los votos emitidos en el referendo es No, Escocia debe seguir rigiéndose como hasta ahora, con competencias transferidas a Holyrood y poderes reservados ejercidos a Westminster.

Eso significa que Escocia perderá la oportunidad, por ejemplo, de eliminar el impuesto dormitorio e invertir en su riqueza energética. Adicionalmente, los escoceses seguirán sufriendo las medidas de recorte del estado de bienestar promovidos por los gobiernos conservadores.

Escocia continuará pagando miles de millones de libras para las armas nucleares cuando la mayoría de los escoceses desean invertir estos recursos en cosas como mejores pensiones o un mejor cuidado de los niños.

El actual parlamento escocés tiene competencia en asuntos como salud, educación, vivienda, y transporte, mientras el parlamento y gobierno británico controlan áreas como la defensa, asuntos exteriores, macroeconomía, el sistema de seguridad social y la regulación financiera así como gran parte de los impuestos.

5.- ¿Qué pasaría si gana el "Sí"?

La independencia de Escocia supondría un duro golpe al Estado británico y a su posición geoestratégica debido a la pérdida de un gran territorio y sus recursos naturales.

El Gobierno escocés cree que la independencia es la clave para el éxito económico.

El Gobierno escocés cree que la independencia es la clave para el éxito económico. Alex Salmond ha manifestado que “Escocia necesita control sobre los poderes económicos y fiscales para desbloquear el potencial, impulsar el crecimiento y crear puestos de trabajo sostenibles, bastante recompensados”.

Además, Escocia tendría el control total de las balanzas más eficaces del crecimiento - como el impuesto, el bienestar y la regulación – permitiendo el desarrollo de políticas orientadas a generar un crecimiento económico sostenible y calidad de vida a la población en general.

Escocia ya es una nación rica, pero el beneficio completo de que la riqueza no es sentida por la gente. Salmond informó que “con la independencia, podemos convertir nuestro rico país en una sociedad próspera”.

Para algunos analistas, la ruptura con el Reino Unido supondría un fracaso. Entre ellos se encuentra el Nobel de Economía Paul Krugman, quien en el diario New York Times ha advertido de los riesgos que provoca la separación.

“Tengo un mensaje para los escoceses. Estad asustados, estad muy asustados. Los riesgos de ir por vuestra cuenta son enormes. Podéis pensar que Escocia puede convertirse en otra Canadá, pero es mucho más probable que termine convirtiéndose en una España sin el sol”, dijo.

Sus palabras se suman al riesgo real de que varias empresas financieras, pero también otras entidades, opten por trasladar sus oficinas al sur si finalmente gana el “sí”.

6.-¿Por qué EE.UU. y Cameron le temen a la independencia?

Para expertos norteamericanos, votar un 'sí' en el refeerendo de independencia sería un error económico para Escocia y un desastre geopolítico para Occidente.

La pérdida de Escocia debilitaría la influencia de Reino Unido dentro de la Unión Europea

Para EE.UU. las consecuencias económicas del proceso independentista serían "sorprendentemente negativas".

"La desintegración del Reino Unido sería la disminución de Gran Bretaña y una tragedia para Occidente, precisamente en el momento que EE.UU. necesita a aliados fuertes", admitió el ex vicesecretario de Estado norteamericano y ex presidente del Banco Mundial, Robert Bruce Zoellick.

Otro aspecto que preocupa a los políticos estadounidenses es la cooperación militar. Según comentó el senador republicano John McCain al diario The Financial Times, la independencia escocesa damnificaría los vínculos de inteligencia y las relaciones militares únicas que Washington tiene con Londres, su aliado militar más importante.

Por otra parte, la pérdida de Escocia debilitaría la influencia de Reino Unido dentro de la Unión Europea. De momento, el país, junto con Alemania y Francia constituye la gran triada del bloque.

En caso de perder a la población escocesa, Reino Unido resultaría en el cuarto lugar, detrás de Italia. Esto supondría menos asientos británicos en el Parlamento Europeo y menos influencia a la hora de tomar decisiones políticas.

7.-¿Estaría la nueva Escocia en la Unión Europea?

Desde la sede principal de la Unión Europea (UE) en Bruselas (Bélgica), se ha dejado claro que cualquier nuevo Estado deberá solicitar su adhesión.

Escocia seguirá siendo una monarquía constitucional con la Reina Isabel II como jefa de Estado.

Además, el país solicitante deberá  cumplir con todos los requisitos antes de llevar a cabo su entrada al grupo, la cual además debe estar respaldada por los 28 Estados miembros.

Salmond confía en lograr la adhesión al organismo internacional en un plazo de entre 15 y 18 meses, tomando en cuenta que en el territorio ya se aplica todo el acervo comunitario.

Por otra parte, se da la paradoja de que la salida de Escocia de Reino Unido podría desencadenar en último término la salida de este último de la UE.

Cameron ha prometido que si gana las elecciones del próximo año convocará un referendo sobre la pertenencia a la UE para mediados de 2017.

La gran conclusión en la que coinciden los analistas es que la independencia es solo un nuevo punto de partida para el complejo proceso de construir un nuevo Estado.  

teleSUR le invita a unirse al foro ¿Escocia y Cataluña deben independizarse?


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