Cada año, escolares de San Petersburgo conmemoran el fin de curso con fuegos artificiales y un bergantín de velas rojas
Esta tradición se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los alumnos de la entonces Leningrado se inspiraron en la novela Velas rojas, que Alexánder Grin publicó en 1922 y era muy popular entre los niños soviéticos.