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Oscar López Rivera ofreció una entrevista. (Foto: Archivo)

Oscar López Rivera ofreció una entrevista. (Foto: Archivo)

Publicado 2 octubre 2014



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Pautada para las 9:00 de la mañana del martes 18 de junio de 2013, la entrevista con Claridad fue la primera de tres que le permitieron sostener ese día. Las otras fueron con el corresponsal en Wáshington de El Nuevo Día, José Delgado y con Sylvia Gómez, reportera de Telemundo, Canal 2.

En entrevista con Claridad, Oscar López Rivera expresó: “Vivo orgulloso de ser puertorriqueño, me siento dichoso por ser puertorriqueño, por haber nacido en Puerto Rico.”–

“Bueno, yo me levanto a las cuatro de la mañana. De 4 a 4:15 ya yo estoy despierto, estoy haciendo mi estiramiento y poniendo mi cuerpo en condición para levantarme.”

Así comienza su rutina diaria nuestro prisionero político puertorriqueño, Oscar López Rivera, en la cárcel donde se encuentra en Terre Haute, Indiana, según nos relató en entrevista exclusiva con Claridad.

Pautada para las 9:00 de la mañana del martes 18 de junio de 2013, la entrevista con Claridad fue la primera de tres que le permitieron sostener ese día. Las otras fueron con el corresponsal en Wáshington de El Nuevo Día, José Delgado y con Sylvia Gómez, reportera de Telemundo, Canal 2.

Su voz suena familiar, amable y con optimismo. La entrevista fluye como si fuera habitual que conversemos diariamente por teléfono. Pero no ha sido así. En los 32 años que el gobierno de Estados Unidos lo mantiene en prisión, es la primera vez que Claridad tiene oportunidad de conversar con Oscar. También es la primera ocasión desde el 2006 que el Buró Federal de Prisiones (BFP) permite que varios medios de comunicación entrevistaran al prisionero político puertorriqueño.

“Después de eso me tomo una taza de café negro y puya, y entonces continúo con los ejercicios, porque es que en la unidad donde estoy yo hay un espacio bueno durante esa hora y puedo hacer mis ejercicios sin molestar a nadie. No estoy en el camino de nadie”.

Una vez despierto, Oscar sale de su celda (que comparte con otros dos presos) al pasillo y en él hace ejercicio durante unos 40 minutos. Cuando termina esta primera ronda de ejercicios, toma un baño y se prepara su desayuno. Para las 6:00 de la mañana, “hay un movimiento para el Departamento de Recreación. Voy al Departamento de Recreación, porque ahí es donde yo también pinto, entonces preparo algunas cosas”. El Departamento lo cierran a las 7:30 de la mañana. Durante ese tiempo prepara sus cosas para pintar y para ofrecer su clase de dibujo.

A las ocho de la mañana abren el patio. “Entonces usualmente me voy al patio y continúo un poco más mis ejercicios, hasta las nueve. A las nueve regreso a la celda, me baño y entonces empiezo a leer y a escribir. Estoy ahí hasta las 11, 11:15, voy a almorzar. A las 12, 12:30, pueden hacer un movimiento (de población). A la una de la tarde regreso, a la 1 doy la clase, estoy hasta las 3:30 en el Departamento de Recreación dando la clase. Regreso a la celda. Hay un conteo, entre… como 3:30 a 4:30 de la tarde, todo está cerrado, hacen un conteo de los presos. Como a las cinco abren de nuevo, voy y ceno, cuando es hora de cenar. A las seis regreso al área donde pinto y me pongo a pintar. A las 8 regreso a la celda, continúo escribiendo y como a las diez de la noche comienzo a escuchar un poquito de música para relajarme y ahí me duermo. Ésa es la rutina mía diaria, más o menos”.

¿Corres la milla diaria todavía?

“Bueno, yo estoy corriendo como tres millas cinco veces a la semana. Son como 15 millas a la semana.”

¿Qué publicaciones te está permitido recibir?

“Ellos no tienen muchas restricciones en cuanto a publicaciones que vengan directamente de las casas publicadoras. Los libros pueden venir de librerías. Lo único que ellos (las autoridades de la prisión) no permiten es que personas le envíen cosas a uno. No pueden venir de una persona… Yo recibo Claridad, hay unas cuantas revistas en inglés que me envían. Algunos compañeros me mandan libros. Siempre tengo material para leer.”

En cuanto a su preferencia de lecturas, Oscar se describió como un lector ecléctico. “Yo amo todo lo que me ayude a aprender un poquito más. Yo le meto mano a diferentes cosas, no tengo nada específico así”.

¿Tú tienes oportunidad de conversar con otros presos sobre Puerto Rico, te preguntan ellos sobre tu situación…?

“Los presos puertorriqueños son conscientes de mi realidad. Yo puedo hablar con ellos, son bien solidarios. Desde que yo llegué a la prisión siempre, siempre, he recibido mucho apoyo de los presos puertorriqueños. También es una oportunidad para hablar de Puerto Rico. La mayoría de los puertorriqueños, especialmente los que vienen de Puerto Rico… es algo sorprendente, saben muy poco de la política puertorriqueña Son personas que están bien enajenadas. A mí me ha sorprendido mucho, digamos, que un muchacho de (residencial) Manuel A. Pérez, me diga a mí que nunca, nunca ha ido a la Cordillera Central, que me diga que no conoce los pueblos del centro de la Isla, que nunca ha estado. Yo le digo, ‘oye, tú tienes 25, 30 años y nunca has estado ahí’. Es algo sorprendente. Pero lo bueno es que podemos dialogar un rato. A mí lo más que me interesa del preso es a ver si se puede que cuando salgan de aquí no regresen. Yo estando en la calle iba a las cárceles, yo iba a dar clases a una penitenciaría en el estado de Illinois, así que el asunto de las prisiones no es nada nuevo para mí”.

La familia

Uno de los aspectos que más parece dolerle a Oscar tras 32 años de encierro es la acusación falsa que en una ocasión el Buró Federal de Investigaciones (FBI) le hizo a su madre de conspirar para ayudarle a escapar cuando estuvo en la prisión federal de Leavenworth, Kansas. Por eso Oscar quiso expresarse sobre el importante papel que juega la familia cuando se está en prisión.

“Mi familia ha pasado por experiencias difíciles, experiencias que muchas personas no las conocen. Por ejemplo, mi mamá a los 70 años cuando le hicieron un caso en Leavenworth, le dijeron que ella era una co-conspiradora mía. Mi madre era como una santa, era bien querida en Chicago por su generosidad y nunca hubiese sido una conspiradora mía en nada de lo que ellos pudieran hacer. Quien se presta para escuchar la conversación fue un agente del FBI que dice que era puertorriqueño”, recordó.

Su hermano menor José López, también fue blanco de represalias al ser acusado de desacato civil por un gran jurado, por lo que fue encarcelado nueve meses. Otros puertorriqueños y mexicanos solidarios con la lucha independentista en Chicago, Nuevo México y Nueva York, también fueron acusados y encarcelados.

Personas importantes

¿Quiénes son tus personajes emblemáticos en la historia?

“Eso es una lista bastante larga. Hay una influencia de Ghandi… de Puerto Rico, Albizu, Corretjer, Juan Mari. Para mí los Cinco compañeros Nacionalistas (Lolita Lebrón, Oscar Collazo, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores Rodríguez y Andrés Figueroa Cordero) por el ejemplo que me dieron. Son tantísimas las personas. También yo creo mucho… en figuras como el Che, Fidel, son personas que yo he amado mucho, he respetado mucho.”

Cuando llegue a Puerto Rico

Un hombre que denota sencillez, al preguntarle qué es lo primero que quisiera hacer cuando regrese a su Patria, responde: “Quizás agarrar un puño de tierra puertorriqueña y olerla. Soy bastante espontáneo, soy un poco impulsivo y no sabría exactamente lo que haría. Sí hay cosas que necesito hacer y tengo que hacerlas”.

Respecto a qué es lo primero que quiere comer cuando esté en suelo borincano, contesta: “Bueno, yo soy un hombre que le gusta el arroz con gandules, no soy muy amante de la carne, pero sí tengo que comer arroz con gandules, y tostones, y aguacate… ah, y café”, dijo Oscar.

Mensaje al pueblo de Puerto Rico

Oscar concluyó su entrevista con Claridad con las siguientes palabras: “Lo más que yo quiero expresarle al pueblo puertorriqueño es mi agradecimiento. Vivo orgulloso de ser puertorriqueño, me siento dichoso por ser puertorriqueño, por haber nacido en Puerto Rico. Creo que es un pueblo que merece ser un pueblo libre y me gustaría ver a nuestro pueblo luchar por su independencia y algún día disfrutarla. Mucho amor para el pueblo puertorriqueño. Yo estoy listo para lo que venga, siempre voy a estar listo para lo que venga. Si salgo, bien; si no, estoy listo para estar aquí un rato más”.

Fuente: http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=E081EB97BD710B2454B08AD2A846DF34

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