La lucha por evitar ser deportados a Turquía sigue latente hasta el último momento. Los refugiados no se resinan y se niegan a regresar luego de haber superado una de las pruebas más difíciles de la travesía: sobrevivir a las aguas del mar Egeo.
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Este jueves, niños y adultos protagonizaron una dramática manifestación entre Grecia-Macedonia pidiendo la apertura de la frontera.
Foto:EFE
Desde la aplicación del acuerdo de intercambio de refugiados entre Turquía y la Unión Europea (UE), el flujo de refugiadosque llega por vías irregulares hacia Grecia, ha registrado una baja considerable, de mil 667 personas por día a 200, según informó la Comisión Europea.
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Desde hace varios días se ha registrado protestas en las fronteras, donde niños han coreado consignas a favor de la reapertura con carteles en los que expresan: "Nos matan silenciosamente".
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El drama, la desesperación y el dolor es evidente en esta población que no busca otra cosa más que vivir dignamente.
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En el 2015 más de un millón de refugiados cruzaron el mar Egeo huyendo del conflicto bélico que se desprende en sus países de origen y en los primeros seis meses del 2016, se añadieron a la cuenta unas 80 mil personas, de las cuales 410 murieron ahogadas tratando de cruzar el Mediterráneo oriental.
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Producto del tratado, la UE recibió el pasado 4 de abril a los primeros 43 sirios procedentes de Turquía por vías legales, luego de que se expulsara desde Grecia hacia este país a un total de 202 personas.
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Los niños son los más perjudicados en un conflicto que ha dejado profundas cicatrices en esta población tan indefensa que crece en familias fracturadas y sin educación.
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