La heroica CUBA de hoy, ¡Territorio Libre de América!, proclamada así por La Revolución Cubana desde 1959, ha sido y es, en la acertada profecía de Martí, la garantía de los tres puntos principales de su predicción: El equilibrio, (en el fiel de América). La independencia de la América española. Y el honor de la República del Norte. |
“…hallará más segura grandeza en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predominio del mundo”.
¡SEMANARIO PATRIÓTICO COSTARRICENSE lo recuerda en el 121 aniversario de su heroica muerte, hoy 19 de mayo de 2016!
“Martí fue un maestro de niños, poeta, conductor de pueblos a la redención. Su lira dio cantos de eterna belleza, su espada dio rayos fulgidos sol.”
“Martí fue el apóstol más grande de su época; puro en su palabra, valiente en su acción. Vivió su enseñanza con unción profética y murió por ella frente al opresor”.
(Lo dice don José María Zeledón Brenes, el mismo autor de nuestro querido Himno Nacional, quien también escribió el emblemático himno del Liceo José Martí de Puntarenas, Costa Rica).
La Escuela redime. La Escuela liberta. La Escuela es impulso de superación. Por eso es que ostenta feliz nuestra Escuela el nombre glorioso de un libertador. (…)
Sigamos su ejemplo los que en esta Escuela vivimos el culto del Libertador. Martí será el guía, Martí la bandera. Martí, Martí el noble y heroico blasón. -
Ejemplo, y “enseñanza con unción profética”
“La república en Puerto Rico como en Cuba, no será el predominio injusto de una clase de cubanos sobre las demás, sino el equilibrio abierto y sincero de todas las fuerzas reales del país, y del pensamiento y deseos libres de los cubanos todos. Amamos la libertad, porque en ella vemos la verdad. Moriremos por la libertad verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario”.
“En el fiel de América están las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una República Imperial contra el mundo coloso y superior que se prepara ya a negarle el poder, -mero fortín de la Roma americana-, y si libres, y dignos de serlo, por el orden de la libertad equitativa y trabajadora, -serían en el continente la garantía del equilibrio, la de la independencia de la América española aún amenazada, y la del honor de la República del Norte, que en el desarrollo de su territorio, - por desdicha ya feudal y repartido en secciones hostiles-, hallará más segura grandeza en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predomino del mundo”.
“Mucho menos tendrán los españoles que temer de los cubanos piadosos que de los norteamericanos arrolladores y rapaces, de los norteamericanos a quienes echan sobre la presa fácil de los pueblos débiles, la codicia y mal distribución de la riqueza, que vienen de su reparto desigual en la tierra propia”.
Por: Jorge Alfonso Zúñiga Aguilar.
SEMANARIO PATRIÓTICO COSTARRICENSE