Con esa actitud de la oposición, solo se incita al inicio de una guerra civil sin medir las consecuencias.
---- Los despidos masivos con cifras asombrosas y el alza de la tarifa eléctrica en Argentina (ha subido de 150 a 400), son las nuevas medidas del actual presidente Macri; de igual modo se anunció antes la eliminación del Plan Nacional de Lectura de las escuelas (el más exitoso de Latinoamérica), sin justificación ni explicación alguna.
Poco a poco los cambios van mostrando la cara, sirvió de abreboca el enfrentamiento a las Abuelas de la Plaza Mayo y las amenazas contra las mismas, más el nada simbólico gesto de conceder la amnistía a quienes robaron niños despojándoles de su identidad, habiendo asesinado a madres y padres durante la dictadura, todos acusados de delitos de lesa humanidad. Lo último anunciado es la inhabilitación de 380 médicos cubanos en ejercicio, lo que indudablemente afecta al sector salud en las capas más necesitadas de la población argentina.
Abrimos las noticias cada día con verdadera alarma al respecto (y con más cercana razón lo hará el propio pueblo argentino). Al mismo tiempo, las inundaciones en ese país están a la orden del día, con desbordamiento de ríos y otras circunstancias que generan cuantiosas pérdidas y más de 30 mil evacuados en el litoral. No es un bonito paisaje lo que vemos a distancia.
La información más veraz relativa a los sucesos básicamente de Latinoamérica nos llega, entre lo aplaudible, por Telesur; si hubo alguna gran idea durante estos últimos 17 años en el país (y hubo muchas), fue la de crear una agencia noticiosa como esa, que nos ha ido ayudando a ver quiénes somos y lo mucho que tenemos en común los latinoamericanos. Además, nos ha demostrado cómo el sueño de Simón Bolívar en su perspectiva grande, partía de una razón de ser indiscutible, considerando todo este gran territorio como una gran familia que debía emular su circunstancia continental estableciendo vasos comunicantes a partir de propósitos comunes. Ello ha sido el camino definido en los últimos años no solo por los líderes de estas naciones (como Evo Morales, Hugo Chávez y Maduro, Correa, el kirchnerismo, Raúl Castro, Daniel Ortega, Lula y Dilma Rousseff), sino por los proyectos de los pueblos en un empeño por reconocerse en causas que reúnen y son espejo de unos y otros.
Las circunstancias que señalan cambios de esa vía en este inicio del 2016, están signadas por la avalancha de movimientos realizados por quienes rechazan la posible constitución de esta Latinoamérica como fortaleza. Lo sucedido en la Asamblea Nacional, donde se irrespeta la Constitución y con ello el normativo básico legal sobre el cual debería definirse el entendimiento entre las partes, es una señal amenazante y desconcertante.
¿Qué pasará? Con esa actitud de la oposición, solo se incita al inicio de una guerra civil sin medir las consecuencias que finalmente serían caóticas para todos los venezolanos.
Aplaudimos la intervención, entre otras, de Héctor Rodríguez, quien hiciera un recorrido histórico y personal para señalar el retroceso que significa la actual directiva de la Asamblea, avanzando en prepotencia y gestos despóticos.
“Dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada”.