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Soy Reportero
  • Chile: El origen del grupo Penta en las oscuras privatizaciones de la dictadura militar

Todo esto parece una película

Por María Olivia Monckeberg

El poderoso holding, liderado por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, nació de la mano de la privatización de una empresa que hasta 1989 fue estatal: el Instituto de Seguros del Estado (ISE), que entre gallos y medianoche –según relata María Olivia Mönckeberg en su libro El Saqueo de los Grupos Económicos al Estado chileno– fue traspasado a los empresarios que hoy atraviesan su peor momento, acusados de financiamiento irregular de campañas políticas y delitos tributarios.


Eran dos profesionales del grupo Cruzat-Larraín. Dos ingenieros egresados en distintos años de la Universidad Católica que trabajaron para el empresario Manuel Cruzat en una compañía del área de los seguros que, con el tiempo, y junto a una empresa estatal del mismo rubro, se transformarían en una de las piedras angulares del poderoso Grupo Penta, de Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano.


Con un bajo perfil hasta fines de la década de los 90, Penta, que se venía estructurando sin estridencias desde comienzos de los 80, está por estos días en el ojo del huracán, en medio de una investigación que vincula al holding y sus dueños al financiamiento irregular de campañas políticas y delitos tributarios, marcando el peor momento de la dupla de los Carlos, que pasaron de ser un referente del mundo de los negocios a ser la encarnación del mayor escándalo político-empresarial desde el retorno de la democracia.
La buena estrella que acompañó hasta hace pocos meses a los inseparables empresarios, estuvo sellada por la dictadura y los vínculos construidos en esos tiempos con importantes figuras ligadas a Pinochet. Ellos mismos trabajaron en el gobierno: Délano como asesor del Ministerio de Salud entre 1977 y 1978, y Lavín como Superintendente de Seguros, sector que está en los orígenes de Penta y que hasta hoy es una de las áreas de negocios más importantes del grupo.
No es casualidad que Penta fuera concebido a partir de una empresa estatal. Así lo detalla María Olivia Mönckeberg, en su libro El Saqueo de los Grupos Económicos al Estado chileno, donde relata una historia “que se tejió de espaldas a la ciudadanía, que no estaba informada sobre lo que realmente estaba ocurriendo, salvo en algunos artículos periodísticos en publicaciones críticas del régimen. La falta de transparencia y las señales equívocas fueron una característica del proceso”.
Con el retorno de la democracia, la oscuridad alrededor de las privatizaciones continuó, ya que en 1990 el gobierno de Patricio Aylwin decretó que no se realizarían investigaciones al respecto. Política que se ha mantenido hasta ahora.
Según relata la periodista en su libro, “hay casos de personajes que mantuvieron un perfil bajo en tiempos del régimen militar, pero que su opinión era muy escuchada en las altas esferas del gobierno. Uno de ellos era Ernesto Silva Bafalluy, quien fuera uno de los más estrechos colaboradores de Miguel Kast”.
El fallecido padre del actual presidente de la UDI, Ernesto Silva Méndez, fue parte del grupo “junto a Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, quienes estuvieron ligados a una privatización menos conocida como fue la del Instituto de Seguros del Estado (ISE) que benefició directamente a quienes son parte del equipo de máxima confianza del ex candidato presidencial” y ex alcalde de Santiago, Joaquín Lavín Infante.
La investigación de la Premio Nacional de Periodismo, publicada en marzo de 2001, señalaba en ese tiempo que “hoy ellos siguen manteniendo destacadas posiciones en la dirección de ex empresas públicas o de otras empresas privadas de gran relevancia y desde ésas han logrado controlar parte importante de la actividad económica nacional“.
Y añadía: “Resulta sintomático, por ejemplo, comprobar que el propio ex ministro de Hacienda y ex candidato presidencial, Hernán Büchi Buc, tal vez el más decisivo hombre de las privatizaciones chilenas, asumiera el 19 de enero de 2000 como vicepresidente de Soquimich, la empresa que encabeza el yerno del general (R) Augusto Pinochet (refiriéndose a Julio Ponce Lerou, multado el año pasado por la SVS por el Caso Cascadas) y que Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano mantuvieran por varios años, hasta diciembre de 2000, el control del Banco de Chile”.
Ese año, vendieron su parte al Grupo Luksic, operación por la cual debieron pagar una millonaria multa por uso de información privilegiada. Pero, según la investigación de Mönckeberg, esa no fue la primera vez que Délano y Lavín optaron por esa fórmula para hacer negocios.
 


UNA MISTERIOSA PRIVATIZACIÓN
Antes de que el ISE llegara a manos de los socios de Penta, la crisis económica del 82 fue clave en su historia empresarial, ya que “significó la caída del Grupo Cruzat-Larraín. En esa época los Carlos adquirieron el 5% del Consorcio Nacional de Seguros, empresa que Cruzat había perdido y que ellos aprovecharon de adquirir cuando fue ‘normalizada’ por el Estado”.
Es así como el grupo Penta nació vinculado a la actividad de los seguros. Y se consolidó con ellos: a fines de los 80 la privatización del Instituto de Seguros del Estado (ISE) fue clave para ello.
Según señala Mönckeberg en su libro, “en ambos procesos, resultaron favorecidos los ex empleados de Cruzat-Larraín, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, quienes trabajaban en el Consorcio desde los años setenta y se asociaron en 1982 para adquirir un 5% del Consorcio Nacional de Seguros”.
En esa misma empresa los poderosos Carlos ya trabajaban con el ingeniero comercial de la PUC, Hugo Bravo, quien con sus declaraciones hoy tiene en la cuerda floja a sus ex jefes. Bravo, que por décadas fue la mano derecha de Délano y Lavín, ingresó el mismo año en que sus jefes consolidaron el control mayoritario de la AFP Cuprum, en 1992, “lo que fue determinante para controlar otras empresas del país”, puntualiza Mönckeberg. Veinte años después, vendían la AFP en una millonaria cifra al grupo estadounidense Principal.
Mönckeberg, que dio más detalles a El Mostrador de los que aparecen en su libro, explica que Délano y Lavín empezaron a trabajar en el Consorcio Nacional de Seguros –a la que pertenecía la Compañía de Seguros de Vida Consorcio y la Compañía de Seguros Generales– antes de que fuera comprado por el Grupo Cruzat-Larraín.
En el caso de “Délano, que se tituló el 72 de Ingeniería Comercial en la PUC, se incorporó al año siguiente al Departamento de Estudios del Consorcio Nacional de Seguros. El 74 fue gerente de ventas de la Compañía Seguros de Vida Consorcio. Entre el 77 y el 78, fue asesor del Ministerio de Salud. Ahí asumió como gerente comercial de la Compañía de Seguros de Vida y de la Compañía de Seguros Generales. A fines de los 70, la empresa –que no era estatal– la compraron los Cruzat-Larraín con ellos adentro”.
Tras la intervención por la “Comisión Progresa” en los 80 –comisión creada por el gobierno militar para la “normalización” de la nominada “área rara” de la economía, tras la quiebra del sistema– los nuevos administradores los mantuvieron a ambos, nombrando presidente a Carlos Eugenio Lavín e integrando a Délano al directorio. También los mantuvieron en la AFP Provida, controlada por el grupo Cruzat-Larraín hasta la caída en desgracia a raíz de la crisis.
La investigación de la periodista devela que en 1986, “cuando la Comisión Progresa decidió la venta del Consorcio Nacional de Seguros y de la AFP Provida al Bankers Trust –a través de las primeras operaciones de conversión de deuda externa– Lavín y Délano lograron incluir sus acciones dentro del paquete de venta, lo que les representó una ganancia del orden de 1,5 millones de dólares. Asimismo, como ellos prepararon la venta al banco norteamericano, tuvieron la información privilegiada en el sentido de que el Bankers Trust solo estaba interesado en el Consorcio Seguros de Vida y no en Seguros Generales. Esto les permitió comprar Seguros Generales a un monto muy inferior al valor de la empresa”.
Tres años después “en 1989, Délano y Lavín fueron nuevamente favorecidos: en esa oportunidad con la privatización del Instituto de Seguros del Estado, ISE, cuyo control lo adquirieron en 5 millones de dólares”.
Con el ISE en sus manos, vendieron el Consorcio Nacional de Seguros, el que habían denominado “Consorcio General de Seguros”, al grupo francés AGF en 20 millones de dólares.
Fundado en 1953, el Instituto de Seguros del Estado era –tal como su nombre lo indica– la compañía aseguradora del Estado de Chile. Durante el régimen militar la administración del ISE dio lugar a fuertes controversias y polémicas, vinculadas a malos manejos familiares del general Pinochet que trascendieron a la opinión pública. No obstante, de su privatización efectuada al terminar la dictadura, poco o nada se supo públicamente.
El 26 de mayo de 1988 se constituyó la sociedad ISE Las Américas. El mismo día, a través de escritura pública, fueron constituidas dos sociedades anónimas: ISE Seguros Generales e ISE Seguros de Vida. Hijas y sucesoras del antiguo ISE, creado en 1953. Ambas empresas pertenecían a esa fecha al Estado de Chile. Sus socios formalmente eran la Corfo y el fisco.
A partir de 1988, los datos de las dos empresas se entregaron en forma separada. ISE-Seguros Generales, la encabezó el anterior vicepresidente ejecutivo, el entonces coronel de Ejército Gustavo Dupuis Pinillos. Vicepresidente era el coronel José Martínez Muñoz y entre los directores estaba el economista Cristián Larroulet.
Mönckeberg detalla en su libro que “un antecedente particularmente interesante es la vinculación de Larroulet con la privatización del Instituto de Seguros del Estado (ISE) que sería clave para la formación del ahora denominado grupo Penta. Ése fue un oscuro proceso que no trascendió a la opinión pública durante esa época, pero que, visto bajo la perspectiva actual, merece especial atención”.
Y a lo anterior añade: “Cristián Larroulet era director de la sociedad ISE Seguros Generales S.A., creada como sociedad anónima a partir del Instituto de Seguros del Estado, precisamente cuando esta empresa fue traspasada a Carlos Alberto Délano y a Carlos Eugenio Lavín. Tanto él como su jefe directo, el entonces ministro de Hacienda Hernán Büchi, tienen que haber aprobado esas operaciones que beneficiaron directamente a Délano y a Lavín García Huidobro. Además, Hernán Büchi había sido presidente del ISE entre 1985 y 1987”.
Interpretación que Cristián Larroulet rechaza, ya que si bien reconoce —a través de documentos que entregó a este medio– haber sido director de ISE Seguros Generales S.A. entre abril y agosto de 1989, hace hincapié en que la sociedad anónima que fue adquirida por los dueños de Penta fueISE Seguros de Vida. Mientras que, detalla el ex ministro –que por 20 años fue decano de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD y hoy es director de investigación–, ISE Seguros Generales S.A. fue vendida en octubre de 1989 a la empresa Mutuelles du Mans. Por lo que, asegura, “yo no tengo nada que ver con esa historia”.
Antes de ser transformado en sociedad anónima, el consejo del Instituto de Seguros del Estado, que aún era una importante empresa pública, lo formaban el ministro de Hacienda, en calidad de presidente, además de un vicepresidente y consejeros designados por la Caja de la Defensa Nacional, por Codelco, así como por la Dirección de Aprovisionamiento del Estado, la Subsecretaría de Hacienda y la Corfo.
En su mayoría, salvo los ministros de Hacienda, los directores eran militares. Una excepción la constituye el consejero representante de Codelco, que desde la década de los setenta –al menos desde 1978– era Pedro Corona Bozzo. Entre 1985 y 1987, el Presidente del ISE era el ministro de Hacienda Hernán Büchi Buc –que hoy preside el consejo directivo de la Universidad del Desarrollo del grupo Penta– y Pedro Corona Bozzo seguía en el directorio. Corona estuvo allí hasta 1988, cuando los Carlos tomaron el control de la AFP Cuprum –a través de Consorcio Nacional de Seguros– y él fue nombrado presidente.
El ISE Seguro de Vida era presidido en 1988 por el general Fernando Lyon Salcedo. Entre los directores estaban Norman Bull de la Jara y Herman Chadwick Piñera, UDI, ex miembro del Consejo Nacional de Televisión, primo de Piñera y hoy consejero electivo de la Sofofa y socio junto a su hijo en el estudio Chadwick Abogados.
En 1989, aparece como presidente del ISE Compañía de Seguros de Vida el propio Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro. Y, ese mismo año, figura en el directorio Carlos Alberto Délano Abbott. El resto del directorio lo configuraban Leonidas Vial Echeverría –que recientemente enfrentó millonarias multas por el Caso Cascadas–, Alfredo Alcaíno de Esteve – hoy director secretario del Banco Penta–, Herman Chadwick Piñera y Fernando Cámbara Lodigiani.
Hace casi 14 años, El Saqueo de los Grupos Económicos… señalaba que “la influencia de quienes llegaron al poder con la dictadura y se transformaron en emergentes empresarios trasciende el ámbito de lo económico y se expresa en directa influencia política (…). Desde su red de empresas y conglomerados sostienen y apoyan a sus representantes en el Parlamento y muchos de ellos estuvieron entre sus filas también desde los tiempos del régimen militar. Sin ir más lejos, el senador Jovino Novoa, ex subsecretario general del gobierno –entre 1979 y 1983–, quien sucedió a Jaime Guzmán en la presidencia de la UDI en 1990, integró el directorio de Provida tras la crisis de los 80, el del Instituto de Seguros del Estado cuando este fue traspasado al grupo Penta y el de la eléctrica Pilmaiquén en 1989 después de su privatización. El senador Carlos Bombal –actual asesor de Penta–, por su parte, ha contado en sus campañas con el activo respaldo de personajes como (el fallecido) Ernesto Silva Bafalluy, el mismo estratega de Lavín. ¿Pueden sentirse libres de ataduras para legislar a favor de todos los chilenos parlamentarios tan cercanos a los intereses de grupos económicos?”.
 



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