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  • Charlando Latinoamérica: El legado de Getulio Vargas
Fecha de publicación 21 marzo 2016 - 10:35 PM

Es imposible contar la historia brasilera sin recaer en la persona de Getulio Vargas. Entrañable caudillo popular, fue la figura central de la vida política durante prácticamente 24 años y el responsable directo de los mayores avances sociales que conocieran las clases populares; constituyendo así un verdadero antes y después  en la sociedad de su país.

Viriato Vargas es sobrino nieto del histórico líder. Siendo residente de la ciudad de San Borja (lugar de origen del propio Getulio), fue presidente del Sindicato Rural de aquella localidad –siguiendo la tradición familiar-. Con mucha amabilidad, abrió las puertas de su casa para brindar una sentida entrevista sobre el legado de su tío abuelo.

Tras acomodarnos en una sala muy acogedora, el grabador se prendió.

¿Cuál considera que es el principal legado dejado por Getulio Vargas a la sociedad brasilera?

Su obra fue muy grande, gobernó Brasil entre 1930 y 1945; primero en forma democrática, y a partir de 1937 bajo el “Estado Novo”, que fue implementado para frenar un intento de insurrección ilegal en su contra, que en definitiva era en contra de la democracia puesto que buscaba derrocar un mandatario legítimamente constituido. Durante ese último periodo se buscó estabilizar la nación, y prepararla para retomar la senda democrática con instituciones mejor preparadas; como así también constituir enormes mejoras sociales a las clases más postergadas, que hubieran sido duramente rechazadas por los antiguos partidos tradicionales. Finalmente, infelizmente, Getulio fue depuesto en 1945 por sectores conservadores de la fuerzas armadas, y entrego un país con enormes reservas de oro y plata, con todo funcionando de maravilla. Después tuvo otro periodo en el que resultó electo, allá por el año 1950; el cual término de una manera trágica.

Genero importantísimos avances económicos, como la creación de Petrobras, también sociales, como el voto de la mujer; pero me gustaría rescatar algo que no suele ser lo que más se dice en los libros de historia, que fue su lucha cultural por hacer de la moralidad una bandera. El creía que un referente político tiene la obligación de cultivar el ejemplo, siendo un líder honesto, tranquilo, correcto, sin olvidar sus orígenes y valores.

Era una hombre muy integro, el mayor legado que dejo para nuestra familia y para todo el pueblo brasilero fue su honestidad. Yo tuve la oportunidad de conversar con el varias veces, y nunca voy a olvidar que una vez me dijo “que la mejor cosa que un hombre podía dejar para sus descendientes era ser un hombre honesto”, que “la honestidad era una obligación no una virtud”.

Haciendo un repaso de la dirigencia actual, tanto oficialista como opositora. ¿Cuánto cree que se conserva de aquella forma de hacer política?

Infelizmente es algo que se ha perdido en la actualidad. Todas las semanas aparecen nuevas acusaciones de corrupción o investigaciones judiciales. Me causa mucha tristeza pero la realidad indica que la política se contamino mucho.

Volviendo a los años de Getulio. Muchos historiadores lo consideran como el padre del Brasil industrial; teniendo en cuenta que los modelos de desarrollo autónomo generalmente deben enfrentar fuertes resistencias foráneas, ¿cómo fueron las relaciones con los Estados Unidos?

El tío Getulio entendía que los norteamericanos querían dominar Brasil, y su gobierno fue fuertemente nacionalista, no se doblegaba frente a los extranjeros. Por ejemplo, el país entro al bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial en 1943, pero porque con ello se consiguió a cambio el apoyo de los Estados Unidos en el proceso de industrialización de la nación, y así logro frenar las presiones externas contra el desarrollo económico soberano, era un gran estratega y un hábil negociante en defensa de los intereses brasileños.

Sin embargo, ese intento de equilibrio en las relaciones duro muy poco. Porque cuando en la década de 1950 se llevó a cabo la nacionalización del petróleo, los Estados Unidos se pusieron al frente de las campañas conspirativas para terminar con el gobierno de Getulio. 

¿Qué rol cree que jugo el periodista Carlos Lacerda en dicha operación destituyente?

En el periodo 1950-1954, luego de ser electo por el pueblo, tuvo que soportar las calumnias permanentes de un sector de la prensa encabezado por Carlos Lacerda, quien recibía dólares todos los meses solo para fustigar al gobierno.  Lacerda era alguien sin valores ni convicciones, en algún momento fue militante comunista para luego terminar engrosando las filas de la extrema derecha, pasaba de un lado para el otro como si nada. Su trayectoria habla de alguien que no tenía posicionamiento propio, era un gran orador que cobraba por dar sus “opiniones”.

Cuando en 1964 se llevó a cabo el golpe militar contra el doctor Jango, él se arrogo como líder de aquel hecho, pero en las primera reunión con los militares le restaron importancia, le refregaron que solo había sido un instrumento y no alguien de peso en la toma de decisiones, por ese motivo después se lo escucho criticar a la dictadura, siempre fue un mercenario.

Suele haber innumerables ensayos y obras de Getulio Vargas como figura pública, pero no tanto de . Así que no puedo evitar preguntarle un poco por el hombre en lugar de por el político, ¿cómo era en la intimidad, cuando podía compartir tiempo con sus afectos?

Era muy familiero, jamás le genero ningún tipo de arrogancia el hecho de ser presidente. Cada vez que podía venia aquí a su estancia en San Borja, que sin dudas era su lugar en el mundo. Nunca dejo de ser un “gaucho”, le gustaba andar a caballo, recorrer la finca, tomar cimarrón (mate), dormir la siesta, charlar con la gente. Era un hombre de pueblo, y así me gusta recordarlo.

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