¿Necesita Netanyahu hacer estallar el polvorín de Oriente Medio?

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Netanyahu sabe que una vez acabado el genocidio actual en Gaza se arriesga a un proceso penal internacional. Además, tiene una minoría precaria en el Gobierno y comprende que si se convocan elecciones podría ser enjuiciado y condenado a prisión, por lo que intentará este verano hacer estallar el polvorín de Oriente Medio. Foto: DEFA Press


Por: German Gorraiz

19 de julio de 2025 Hora: 08:20

Tras la salida del Gobierno israelí del partido sefardí Shas así como de Judaísmo de la Torá, Netanyahu tendría una minoría precaria en el Gobierno y seria consciente de que si se convocan elecciones podría ser enjuiciado y condenado a prisión, por lo que intentará este verano hacer estallar el polvorín de Oriente Medio.

Limpieza étnica en la Granja de Gaza

El presunto fallo de seguridad israelí al menospreciar las informaciones egipcias que diez días antes avisaron de que Hamas preparaba una gran ofensiva, sería la trampa diseñada por el Mossad para declarar el estado de guerra y arrasar Gaza, Líbano e Irán en aras de implementar el Gran Israel.

Las ofensivas militares israelíes contra Gaza, Cisjordania y Líbano estarían amparadas por la “espiral del silencio” de los principales medios de comunicación de masas mundiales controlados por el lobby judío trasnacional, teoría formulada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977).

Dicha tesis simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes de un solo signo”, con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de retroalimentación positiva y la consecuente manipulación de la opinión pública mundial por el lobby judío trasnacional (los palestinos y libaneses son terroristas e Israel tiene derecho a defenderse).

En consecuencia, estamos asistiendo a una limpieza étnica en la Franja de Gaza con más de 58.000 víctimas civiles, 20.000 muertos enterrados bajo los escombros y el 90 por ciento de las infraestructuras civiles arrasadas bajo la excusa de combatir el terrorismo de Hamas.

¿Necesita Netanyahu hacer estallar el polvorín de Oriente Medio?

Tras la decisión de la Corte Penal Internacional de solicitar órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant acusados de «crímenes de lesa humanidad», Netanyahu sabe que una vez acabada la guerra asimétrica contra Hamas, se arriesga a un proceso penal internacional. Joe Biden, en una entrevista publicada por la revista Time, admitió que «Netanyahu, estaría prolongando la guerra por motivos políticos y para mantenerse en el poder al frente de una compleja coalición de gobierno».

Así, Netanyahu tiene una minoría precaria en el Gobierno y sabe que si se convocan elecciones podría ser enjuiciado y condenado a prisión, por lo que intentará este verano hacer estallar el polvorín de Oriente Medio. En este contexto, el Mossad israelí estaría preparando un atentado de falsa bandera en el Golfo Pérsico similar al del acorazado Maine en 1898, y tras atribuir su autoría a los iraníes, conseguir que el Congreso estadounidense declarare el estado de guerra contra Irán para configurar la cartografía del Nuevo Oriente Medio.

Nos encontraríamos pues en un momento crucial para definir el futuro mediato de Oriente Próximo y Medio (Oriente PROME), pues tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca habría aumentando la presión del lobby pro-israelí de EE.UU. ( AIPAC) para proceder a la desestabilización de Irán por métodos expeditivos.

Así, el ataque de Israel a Irán y la posterior guerra regional en Oriente Medio serán utilizados por EE.UU., Reino Unido e Israel para proceder a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por dichos países y así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Reino Unido, Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los principales aliados occidentales.

Dicha guerra será un nuevo episodio local que se enmarcaría en el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría EE.UU.-Rusia e involucrará a ambas superpotencias, teniendo como colaboradores necesarios a las potencias regionales (Israel, Egipto, Arabia Saudí e Irán), abarcando el espacio geográfico que se extiende desde el arco mediterráneo (Libia , Siria y Líbano) hasta Yemen y Somalia y teniendo a Irak como epicentro (rememorando la Guerra de Vietnam con Lindon B. Johnson, 1963-1969).

Autor: Germán Gorraiz

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