Telesur: diez años en combate por la verdad, por los pueblos | Blog | teleSUR
25 julio 2015
Telesur: diez años en combate por la verdad, por los pueblos

Es complejo escribir sobre teleSUR, dejando de lado los sentimientos que nos unen a esta familia revolucionaria de nuestra América, pero está claro que ninguna de las apreciaciones que aquí vertimos está marcada por sesgo alguno; sería muy ingenuo a esta altura del siglo no entender que nos encontramos en una guerra abierta, y que la industria de manipulación mediática es el arma más letal con que cuenta el enemigo, de ahí el valor inescrutable de la labor cotidiana de nuestros hermanos y hermanas en nuestra teleSUR.

teleSUR es a todas luces el mayor proyecto comunicacional que ha emprendido la América Latina integracionista.

En esta época, en la que los enemigos de la integración latinoamericana han multiplicado los frentes de batalla; en los que se cierne la amenaza concreta de una cadena de “revoluciones de colores”, que van desde Centroamérica hasta la Patagonia. En este momento de guerra económica cruenta, inhumana contra la bolivariana Venezuela, o la desestabilización de la Revolución Ciudadana en el Ecuador, la información debe ser tratada con mucha inteligencia; no todo lo que se ve es.

Para nadie es un secreto que los intensos avances tecnológicos, especialmente en redes sociales han planteado un nuevo frente. En ellas se desnaturaliza la información, que se administra a millones de usuarios de manera masiva e instantánea, de modo que la mayoría de hechos nunca serán noticia. Igualmente, esas redes pueden fácilmente servir para mover sociedades enteras debido a motivaciones específicas, y caer sin notarlo en trampas muy finamente elaboradas.

Sin lugar a dudas, estas redes pueden jugar a favor de nuestros pueblos, pero hasta la fecha ninguna victoria popular surgió de movimientos generados en ellas. Esto se debe, quizá, a la naturaleza clasista del acceso a Internet en la mayor parte de nuestros países (sumado por supuesto a la falta de educación, a la instrucción unidireccional, etc.) Con esto no pretendemos sugerir que hay que abandonar este escenario, pero si llamar la atención sobre la ventaja que en ellas tiene sobre nosotros el enemigo. Esto produce muchos espejismos, y podemos llegar a creer cosas absurdas y construir realidades paralelas.

El funcionamiento de estas redes es claramente histórico, tiende a marcar una profunda discontinuidad en la forma de abordar los hechos, la diferencia radica en la rapidez con que sucede, y el volumen con que nos bombardean. En este punto, es relevante la figura de teleSUR, que libra una batalla en el frente comunicacional tradicional, y, además, lleva adelante enormes esfuerzos en la lucha por la verdad en este engorroso ámbito de la ciberguerra informativa.

Nuestro canal teleSUR es a todas luces el mayor proyecto comunicacional que ha emprendido la América Latina integracionista, y ha rendido muchos frutos. Aunque el control multinacional de la información es vigente, se rompió la unilateralidad. Millones de latinoamericanos saben hoy que pueden contar con una versión alterna a lo que le dicen las derechas de sus países. Gracias a la labor extraordinaria de teleSUR fue posible desmontar amplias campañas desde la derecha destinadas a justificar las más atroces aberraciones contra nuestros pueblos.

En diez años, teleSUR fue el elemento más importante en la defensa de la soberanía de nuestros pueblos. Ya la manipulación no está garantizada, hay una fuerza liberadora en el campo comunicacional que transmite con energía las verdades de nuestra gente, sus sacrificios y sus alegrías; que explica el incalculable valor de las gestas de nuestros héroes, y, sobre todo, contextualiza esas gestas y nos define como sujetos de la historia.

Si tomamos un solo ejemplo, la vida del Che Guevara, no aquel mitificado (con clara intencionalidad imperial) que aparece en mil representaciones desideologizadas, sino el hombre que en La Higuera marcha a la muerte segura, sabiendo que por esa vía ya había construido una obra gigantesca de liberación. No la figura inerte del Che, sino su pensamiento revolucionario, comprenderemos la dimensión de la tarea de teleSUR, masificar el conocimiento que nos hace ser nosotros.

En la época en que las tecnologías de la información han logrado hacer más grandes las distancias que nos separan, hasta el punto del casi aislamiento (acortan distancias para los mercados, no para los pueblos), en la que leer un solo párrafo ya es extremadamente agotador para las mayorías, la misión de Telesur crece exponencialmente, porque no solo debe vencer un patrón de dominación tradicional, sino que debe imponerse en la lucha cotidiana que incluye el acelerado proceso de innovación capitalista.

El reto hoy para nuestra teleSUR bolivariana, martiana morazanista y sandinista, es muy grande, especialmente en momentos en que de repente los corruptores se vuelven abanderados de la anti corrupción, y los terroristas del comando sur de repente se rasgan las vestiduras por las democracias que tantas veces destruyeron. De la noche a la mañana, las perversidades sin límite de la manipulación mediática nos ponen a un imperio “limpio”, listo para entregar claveles y para liderar a los pueblos a su redención.

En este momento, en que ya suenan las alertas de un nuevo Plan Cóndor, o la conspiración para detener la construccion del Canal Interoceánico en Nicaragua, tendremos que abrir muchas formas de análisis y comprensión, para evitar convertirnos en apologistas de crímenes inimaginables, en esa tarea teleSUR habrá de ser un aliado poderoso de nuestros proyectos de liberación, de nuestra Patria grande.

Al final comprendemos que la información también debe ser militante; que la neutralidad libre de ideología sólo es una expresión de dominación más a la que hay que derrotar. Claro para asimilar esta verdad, en el mundo en el que la ideología es un crimen, hace falta entender, justamente lo que es la ideología (valga la repetición extrema de la misma palabra).

Saludos Telesur, por mas aniversarios y mas victorias


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