¿Qué clase de democracia es esta? | Blog | teleSUR
9 junio 2015
¿Qué clase de democracia es esta?

¿Qué clase de democracia se ejerce a través de las balas?

¿Qué clase de democracia es esta?

Si se tiene que ocupar la fuerza del Ejército para imponer unas elecciones ¿es entonces una democracia? 
Que emitan sus juicios quienes se dedican a la politología. Porque puede haber, yo no lo sé, país o región en el bastísimo planeta tierra donde estás obligado por vía de las armas a ejercer tu voto con “libertad”. 

Quiero decir, otro país. Porque en México así ha ocurrido. 

Fue este domingo 7 de junio.
 
Se llevaron al cabo en México elecciones al Congreso federal. Se renovaron 500 diputados y diputadas, en lo que se considera la elección más importante en el país previo a la elección presidendial que tendrá lugar en el año 2018. 

También se eligieron nueve gubernaturas: Nuevo León, Sonora, Baja California, Colima, San Luis Potosí, Querétaro, Michoacán, Guerrero y Campeche. Además, procesos locales a alcaldías en los estados de Jalisco, Tabasco, Morelos y la Ciudad de México. 

Por todo esto, se dijo, fueron las elecciones más complejas en la historia del país. Que por su tamaño y diversidad en la historia de México. Además, se estrenó el Instituto Nacional Electoral, antes Instituto Federal Electoral, árbitro de los comicios. 

Lo más destacado es que la mayoría los ganó el PRI, el Partido del presidente Enrique Peña Nieto. Sin sorpresas. El priísmo es una mauinaria bien aceitada de compra y coacción del voto.

También se destaca que un independiente ganó la gubernatura norteña de Nuevo León y en la Ciudad de México el nuevo Partido del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional (nacionalismo) ganó cinco delegaciones. 

Y para todo ello, el poder plutocrático nacional ordenó al Ejército desenfundar sus armas, si fuera necesario, con tal de preservar eso que llamaron  “clima de civilidad”. 

Sobre todo en el sur y sureste del país. En los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Veracruz. No por temor a los cárteles del narcotráfico, no. Sino por temor a un grupo de maestros y maestras que se declararon en desacuerdo con las elecciones y llamaron a boicotearlas mediante movilizaciones sociales. 

¿La razon? Más que razon, un cuestionamiento. O varios:

¿Cómo es posible que el Estado mexicano llame a elecciones cuando han pasado casi nueve meses y no se ha podido resolver el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa? ¿Cómo piden el voto los Partidos que han sido infiltrados por el narcotráfico? ¿Con qué validez piden renovar el Congreso cuando ahí se han votado leyes antipopulares como las reformas de privatización de los energéticos, del agua y de la educación pública?

Una locura.  Una locura salir a votar así.

Y además, ¿por qué se validaría a un sistema que se ha encargado por décadas de acribillar a los pueblos que sólo han pedido justicia social? Las masacres de Aguas Blancas (Guerrero) de 1995. La de Acteal (Chiapas) de 1997. La de El Charco (Guerrero otra vez) de 1998… Y la multiplicidad de fraudes electorales cometidos contra la voluntad popular, tanto en 1988 como en el 2006…

… ¿De qué democracia hablan? 

¿Qué democracia es la que permite que monopolios como Televisa, gigiante de las telecomunicaciones, tenga sus propios legisladores y soborne al Congreso para que le aprueben no pagar impuestos? 
Que no vengan con estupideces. 

Entonces en esos estados sureños, el magisterio agrupado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), salió a decir “No a las elecciones”. 

En la semana previa a los comicios, no hizo sino movilizarse, hacer marchas, reuniones masivas en las plazas públicas. Se tomaron las oficinas del INE y se quemó la papelería electoral, sin que hubiera un solo funcionario lesionado. 

Pero eso el Gobierno no lo soportó y mandó a sus esbirros. 

Primero, grupos de choque, que son  civiles armados dedicados a confrontar a los manifetsantes, pagados para ello por los gobiernos locales, alcaldías y gubernaturas.

Luego, militares agrupados en batallones de Granaderos, dedicados a dispersar manifestaciones mediante confrontación directa. Ataviados con equipo táctico: escudo, tolete, aramadura, casco, bombas lacrimógenas, armas de fuego, bombas, armas de alto impacto municionadas con balas de goma. Mortales. Se alistaron también tanquetas artilladas.
 
El viernes 5 entraron al muncipio de Tlapa de Comonfort, Guerrero, y entre grupos de choque y Granaderos dejaron varios heridos, entre ellos, el líder del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), Juan Tenorio, a quien le abrieron la cabeza con machetes y le fracturaron un brazo. 
  
Para el sábado 6, nos despertamos con la noticia que sicarios al servicio del gobierno de Veracruz atacaron a un grupo de universitarios que se habian manifestado contra las elecciones. Entraron mientras los jóvenes celebranan un cumpleaños y les destrozaron la cara con machetes  y les quebraron los huesos a golpes. Se cuidaron de no matarlos.

Y el día de la elección, represión por todos lados. 

El pueblo levantó las casillas y no dejó que se instalaran varias de ellas. En Tixtla, sede de la Normal de Ayotzinapa, se suspendió la elección. 

Pero por la noche, cuando Peña Nieto salia por televisión a ufanarse de unas “elecciones en paz”, cientos de Granaderos entraron de nuevo a Tlapa y mataron a Antonio Vivar Díaz, profesor y miembro del MPG. El terror cimbró la madrugada en ese municipio de La Montaña.
 
Todavía algunos se enteraban el lunes de lo que ocurrido en Tlapa cuando desde Puebla llegó la noticia de que el profesor Miguel Guerra Castillo,  vocero del Consejo Democrático Magisterial Poblano fue detenido por el Gobierno de ese Estado sin cargo judicial. El maestro, se debe decir, es un opositor político a la cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en poder de un grupo de priístas aun encabezados por Elba Esther Gordillo quien purga en la cárcel una venganza política de quienes hoy en día mandan en el Gobierno del país. El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, es fiel discípulo de Elba Esther. 

Habiendo recontado lo anterior…  ¿es esto entonces una democracia?

Peña Nieto esperó el cierre de las casillas para arremeter contra el magisterio que se alzó contra las elecciones. Increíblemente…. No, cínicamente dijo en televisión por la noche del domingo 7: “Con el sencillo pero trascendente acto de acudir a la casilla y depositar nuestro voto en la urna, reafirmamos nuestro deseo de vivir en un país de derechos y libertades, de democracia y pluralidad”

No conforme, lanzó su amenaza al pueblo rebelde:

“Hubo quienes intentaron afectar estas elecciones. En los días previos, incluso realizaron actos violentos, buscando desanimar a la población.” (…) “El mandato que hoy nos han dado los mexicanos a todas las autoridades es rechazar la violencia y la intolerancia, es trabajar unidos para tener un México próspero y en paz”. 

Y remató: “Las reformas, siguen adelante”. 

Posiblemente para estas alturas, las y los expertos en politología hayan deliberado y emitido un juicio sobre si en México existe democracia;  o si ésta es posible por la vía de la represión armada, mientras se asesina a quien ejerce su derecho a resistirla y se criminaliza a quienes quieren ejercer su propia forma de organización comunitaria.

Quizá digan que sí, que sí es una democracia, así, como en la prensa nacional y extranjera se empeñan en vociferar.  

Posiblemente entonces México sea un Estado de nuevo tipo, avanzado en la concepción de grandes filósofos políticos como  Platón, Hobbes o Hegel.  Sólo quizá… ¡Paren prensas mundiales! ¿Qué mierda de democracia es esta?


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Perfil del Bloguero
Periodista, escritor y bloguero mexicano. Especializado en periodismo narrativo sobre contracultura, terrorismo mediático, movimientos sociales e insurgentes. Analista político sobre el polo comunista internacional y de países no alineados.



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