Nueva derrota del golpismo venezolano | Blog | teleSUR
7 abril 2016
Nueva derrota del golpismo venezolano

En los primeros días de febrero de 2016 la canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu, recibió en sus oficinas a Lilián Tintori, esposa del golpista Leopoldo López, responsable de diversos y graves delitos y actualmente preso por ello. La recepción de la esposa del golpista, y golpista ella misma, constituyó un gesto inequívoco de apoyo a las tentativas para derrocar al gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro. De este modo, y dicho de un modo más claro, el gobierno de Enrique Peña Nieto, contra la tradición diplomática mexicana y contra los mandamientos constitucionales de México, tomó público y categórico partido por los golpistas.

El opositor radical fue acusado de instigar las protestas violentas de 2014, entre otros delitos.

Pero dos meses después la canciller mexicana corrigió el tremendo yerro y recibió en sus oficinas a diversos representantes legislativos tanto del chavismo como de la oposición a éste. Ya no sólo recibió a los golpistas, sino a las dos fuerzas en pugna. En su alocución, la señora Ruiz Massieu, se permitió llamar a las partes al diálogo y a una solución pacífica del conflicto en curso en Venezuela. Notoria diferencia entre los primeros días de febrero y los iniciales de abril.

¿Qué pasó? ¿Cómo explicar ese súbito regreso a la tradición diplomática abandonada? ¿De pronto doña Claudia Ruiz Massieu comprendió que el gobierno de México no puede tomar partido en un conflicto extranjero, pero que sí puede intervenir y debe hacerlo si es con el propósito de buscar soluciones dialogadas y pacíficas entre los bandos en pugna? ¿De pronto entendió que su deber es cumplir la ley y no violarla? ¿O quizá la llevaron a cambiar de conducta las agrias censuras de la canciller venezolana, quien le recordó públicamente la participación de diversas instancias del gobierno mexicano en el horrendo crimen de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa?

Esto último, sin duda, pudo contar en el cambió de postura del gobierno mexicano. Pero quizás tuvo mayor peso la comprensión de que el golpismo ha perdido fuerza, que no será tan fácil, como pensaba Ruiz Massieu, derrocar a Maduro. ¿Para qué embarcarse -habrá dicho la inexperta señora Ruiz Massieu- en el costoso apoyo moral y político a una causa ilegal sin futuro y condenada al fracaso y al desprestigio internacional. 

De cualquier modo, lo importante es que doña Claudia y el gobierno al que  representa tan deficientemente enderezaron el equivocado rumbo del injerencismo golpista para pasar a una forma de intervención diplomática justa, legal y loable. Y que transitaron del fomento a la violencia a procurar la búsqueda de una solución pacífica.

En el nuevo y plausible gesto de Ruiz Massieu hay un evidente perdedor neto. Un derrotado que hasta hace dos meses parecía victorioso. Ese derrotado es el movimiento golpista de Venezuela y, particularmente, el principal y más conocido instigador del golpe de Estado, Leopoldo López. De ahora en adelante y ante el obvio fortalecimiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro, los golpistas tendrán que buscar el poder de la única manera en que éste es moral y políticamente legítimo: la victoria en las urnas. Pero ya saben que en las urnas se puede ganar y se puede perder. Y que si se pierde se debe seguir trabajando con los ciudadanos y no acudir al criminal expediente de la ruptura del orden constitucional, como querían y  como, salvo prueba en contrario, aún quieren los Leopoldo López, las Lilián Tintori y el poderoso aparato mediático transnacional. Y como claramente lo desean y procuran los mandantes de todos ellos en Washington y en Madrid.


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Perfil del Bloguero
Economista y profesor de Economía Política. Fundador y director del Centro de Estudios de Economía y Política. Es columnista del diario El Sol de México, del catorcenario Siminforma, del diario Rumbo de México, entre otros medios. Analista político en distintos programas de radio.
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