La derecha golpista criolla dirigida desde el gobierno estadounidense y sus  aliados, como el gobierno que preside Juan Manuel Santos, han venido desarrollando una política de boicot y cerco económico, asesinatos selectivos de dirigentes chavistas y genocidio, como los cientos de ciudadanos del 2002, más los once  muertos y setenta y ocho lesionados por la descarga de la “arrechera”  del asesino impune Enrique Capriles Radonski durante el año  2013  y los cuarenta y tres muertos con más de ochocientos heridos a  causa del asesino Leopoldo López, todo, para derrocar al Presidente Nicolás Maduro, luego del triunfo de esa derecha en las elecciones parlamentarias del pasado seis de diciembre del año dos mil quince  (6-D), con la firme determinación de dar un golpe de Estado desde la Asamblea Nacional, cuyos tambores de guerra pretenden intimidar a la población y chantajear al Presidente Maduro, como táctica vil para obligarlo al renunciar, tal y como hicieron con en Comandante Hugo Chávez, el pasado once de abril del dos mil  dos  (11/04/2002), al que con amenazas de muerte le pidieron la renuncia, intento magnicida que hoy repiten con tanto desespero, que el corrupto yerno del contratista D’Agostino amenazó al Diputado Diosdado Cabello, el pasado dieciseis de febrero (16/02/2016), con la sentencia del “tú  estás muerto”, amenaza peligrosa porque Henry Ramos Allup está escoltado por su viejo séquito de asesinos mercenarios de la antigua policía política criminal de la IV  República, conocida como la DISIP.

En todo caso, esa derecha atenida a las presiones y amenazas del endorracista Barack Husseín Obama, que se resume en la inminencia de la “Executive Order” contra la República Bolivariana de Venezuela, se han comprometido junto con todos los medios televisivos y radiales privados y la cúpula de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a crear las condiciones objetivas y subjetivas del caos y la guerra psicológica, que justifiquen el derrocamiento del Presidente Nicolás Maduro y la liquidación de todo vestigio del chavismo, para restaurar la IV República con su Constitución de 1961.

Lo que no logra entender la derecha genocida es el hecho de que Nicolás Maduro no gobierna, ni dirige solo a un gobierno, sino que lidera una revolución, que aún maltratada como está, preserva la voluntad de la mayoría nacional, entre los que cuentan todas y todos los pobres y trabajadores venezolanos que están dispuestos a enfrentar a quienes pretendan derramar la sangre del Pueblo para derrocar a  Nicolás Maduro.

Es por ello que pese a todo revés, sobre todo, el económico, el líder de la revolución chavista, Nicolás Maduro, porfiado en proteger al Pueblo, ha dictado un conjunto de medidas económicas en favor de los más pobres e indefensos,  frente a la parasitaria burguesía criolla, además de defender la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de los ataques y violaciones que lidera el jefe de la bancada fascioparlamentaria, quien cree que porque va al Hemiciclo en los carros blindados y con placas oficiales de la U.S. Embassy en Caracas, tiene patente de corso para liberar a todos los asesinos y corruptos, amenazar, destituir y encarcelar a  los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), volver a  darle jugosos contratos millonarios a su suegro D’Agostino, liquidar la Gran Misión Vivienda Venezuela y hacerla inasequible a los pobres, sobre todo,   entregar los recursos minerales, entre ellos, el petróleo al gobierno estadounidense.

El problema está en que la cobardía del fasciogolpista presidente de la Asamblea Nacional y sus secuaces, es muy inferior a la valentía de un pueblo bravo y valiente. El otro detalle está en que cuanto más atacan a Nicolás Maduro, éste reta aún más, a los amos de los serviles de la derecha criolla, es decir, se enfrenta con esféricas, al gigante de siete leguas, tal y como lo hiciera su mentor, el Comandante Hugo Chávez, cuyo legado está presente en todas las personas de buena voluntad. “Que nadie se equivoque…”