Ni referendum, ni sucesión de Maduro | Blog | teleSUR
6 octubre 2016
Ni referendum, ni sucesión de Maduro

No es posible,  ni tolerable llegar al un Referendum Revocatorio de mandato del presidente Nicolás Maduro, habiendo pretendido activar este mecanismo constitucional, por la vía fraudulenta, como lo hicieron con el vicio de firmas planas, falsificación  de identidad, suplantación de datos, eliminación arbitraria de firmas por parte de sus convocantes, como lo declaró el opositor Enrique Capriles Radonski y porque en la fecha en que iniciaron este proceso fue bastante extemporánea, entre otros vicios, razón por la cual su rival oposicionista adeco, Henry Ramos Allup, en febrero del 2016 declaraba que esa vía era irrealizable para “La salida “ de Nicolás Maduro, mientras que su rival, aspirante a presidenta de la República, junto con el grupo terrorista Voluntad Popular y Javú, forzaban por la vía del golpismo y la violencia, con  intentos fallidos de violencia callejera, guarimbas y asesinatos selectivos de chavistas, con apoyo de los paramilitares que ha activado el colombiano narcopolítico, Álvaro Uribe Vélez.

Ni referendum, ni sucesión de Maduro

Tampoco es posible ningún tipo de acción que apunte a  desestabilizar al país, para presionar u obligar a los venezolanos a que vayamos hacia un proceso refrendario fraudulento, a cuenta del chantaje, con aquella conseja de la mal llamada “gobernanza” término acuñado en la década de los noventa del pasado siglo XX, en donde para justificar las prácticas del neoliberalismo y su expresión estético ideológica de la postmodernidad, con la política de la antipolítica, se considera que “la buena política” consiste en el falso equilibrio entre el mercado, el Estado y la sociedad civil (contrasentido lingüístico-conceptual), en donde el mercado dicta las normas en las relaciones sociales se producción de base capitalista y, el Estado, con sus gobernantes títeres, sólo sirve  para ser gendarme  que lo garantice la supremacía del mercado, con una sociedad reducida a una clase social que se arroga la competencia de ser tal y por encima de los demás mortales, en donde los pobres y la clase trabajadora no forma parte de ella.

Es decir, lo que en términos de la jerga de los socialistas bolivarianos y chavistas del siglo XXI, conocemos como “gobernabilidad”, con el Presidente,  el obrero Nicolás Maduro, ha sido garantizada y alcanzada, contra todo pronóstico y contra  todo boicot, a pesar de la guerra económica, del mercado negro de divisas, de los intentos de golpe de Estado, de la corrupción, del boicot y dumping petrolero adelantado por el gobierno estadounidense, pese al terrorismo y asesinatos selectivos ejecutados por los opositores contra nuestros mártires chavistas, como María Herrera, Eliécer Otaiza, Robert Serra, los once asesinados por la arrechera de Capriles Radonski y los cuarenta y tres asesinados por órdenes de Leopoldo López y la impune y consuetudinaria acción golpista de alcaldes, como Ramón Muchacho, entre otros comprometidos en acciones terroristas contra el Pueblo, entre cuyas políticas está, por ejemplo, caotizar los servicios públicos en los municipios y abarrotarlos de basura, como hacía el ex alcalde Delson Guárate en Aragua y lo aplica el alcalde de la ciudad de Mérida, para sembrar la miseria, corrupción y caos. 

En medio de todas estas manifestaciones de violencia contra el Pueblo, Nicolás Maduro y el chavismo de base, han resistido estoicamente, sin caer en provocaciones, hasta llegar al día de hoy, con las señas sólidas de reabastecimiento soberano, reimpulso del aparato productivo y el empoderamiento de los trabajadores, en donde la Central Bolivariana Socialista de los Trabajadores  (CBST) y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana  (FANB), están haciendo lo que la derecha golpista criolla y el gobierno que preside Barack Husseín  Obama  no se esperaban: la unidad de los patriotas y la profundización del socialismo, bolivariano y chavista.

Dicho en nuestros términos, la “crisis de gobernabilidad” promovida por intereses externos e internos no fue lograda, porque la crisis de gobernabilidad es aquel estado  en el que los gobernados no están dispuestos al seguir gobernados y el gobernante no está en capacidad de gobernarlos, hecho que no es la realidad cotidiana y vivencial en la República Bolivariana d Venezuela, en donde tirios y troyanos, vivimos y dormimos en paz, sin crisis alimentaria y con las misiones y grandes misiones fortaleciéndose, de tal manera, que bajo ningún chantaje, ninguna institución democrática va a  ceder ante el golpismo, porque hasta las piedras saben que el cuento del Referendum Revocatorio no es más que una burda excusa para justificar otras vías no democráticas para derrocar al Presidente Nicolás Maduro. 

Por otra parte, para enrarecer el ambiente,  los medios privados venezolanos y extranjeros se han constituido en reproductores de la mentira y los actores políticos de la derecha misógina han emprendido una campaña violenta contra las rectoras del Consejo Nacional Electoral  (CNE) y contra la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia  (TSJ), a quien le corresponde presidir la decisión y sentencia contra el fraude con el que pretendían activar el fallido Referendum Revocatorio, razón por la cual no habrá ningún referendum, ni sucesión. En todo caso, ya el chavismo de la mano del Pueblo, se está preparando para la reelección de Nicolás Maduro, siguiendo el legado del Comandante Hugo Chávez.


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Perfil del Bloguero
Nacido en Mérida, Venezuela.Narrador y ensayista. Activista político de base, del PSUV. Comunicador de Calle del SiBCI, No. 16004.Profesor universitario e investigador de fenómenos sociales y del habla espontánea.Profesor en Lengua Materna; Magister Scientiae en Literatura Iberoamericana; Doctor en Ciencias Sociales.



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