Lo que augura el circo electoral en Estados Unidos | Blog | teleSUR
16 octubre 2016
Lo que augura el circo electoral en Estados Unidos

Cerca de la fecha de elecciones en Estados Unidos, los latinoamericanos seguimos con atención el desarrollo de la campaña electoral en aquel país, pensando en las posibles repercusiones que el resultado tenga para nuestro continente. Los medios de comunicación, nos brindan una cobertura monstruosa del circo electoral en el imperio.

Lo que augura el circo electoral en Estados Unidos

Hasta ahora, la campaña más que ofertas ha lucido plagada de amenazas de parte de los dos candidatos, quienes se han dedicado a hablar del mundo como si este fuera su casa, y todos los que en él habitamos su propiedad. Sin embargo, para el público normal, este es un entretenimiento que pocas veces entiende, y sus apuestas son hechas desde lo más intimo de sus propios intereses individuales.

No es de extrañar que para millones de latinoamericanos los exabruptos de Donald Trump contra nuestros migrantes, hayan inclinado la balanza a favor de Hillary Clinton, quien se ha dedicado a  amenazar, nada más y nada menos, la paz mundial. En algunos países, donde la dependencia de las remesas monetarias de los exiliados económicos se han convertido en parte fundamental del PIB, los mismos gobiernos han orientado a los medios a hablar a favor de la candidatura de la demócrata Hillary, lo que de alguna forma inclina también la intención de voto de nuestros compatriotas en Estados Unidos.

Es difícil decir cuál el mal menor. Pero la historia es una maestra muy sabia que nos puede enseñar más de una cosa para entender lo que ahora sucede. En 2008, en medio de la crisis económica más dura del capitalismo desde 1929, resulta electo el actual presidente demócrata Barack Obama, bajo el lema “Yes we can”, que iba dirigido a aplacar una posible explosión provocada por la desposesión forzada de millones de hogares en el país.

Luego de décadas de neoliberalismo crudo, vale la pena examinar, a grandes rasgos, los resultados del primer presidente negro de los Estados Unidos, cuya primera acción en el cargo fue autorizar el rescate financiero de muchos bancos dedicados a la especulación, lo que se tradujo automáticamente en un brutal castigo para la población no favorecida por la desigualdad.

En el plano doméstico, la administración Obama cuenta con el dudoso honor de mantener casi 45 millones de personas viviendo en pobreza, el equivalente a un país del tercer mundo completo. La deuda, según palabra de Trump, no negadas por Clinton, asciende a 20 trillones de dólares, cifra difícil de imaginar siquiera. Lo único que si debe quedar claro es que esa deuda gigantesca la cargan todos los estadounidenses, excepto aquellos que forman parte del 1% más rico.

Ahora bien, esos números no solo revelan un sistema en crisis, sino que nos hacen concluir que los peligros para la paz mundial se multiplican aceleradamente, debido justamente a que la salida por medio de la guerra va quedando poco a poco como el recurso más viable para la recuperación económica del imperio. Esto mas allá del hecho de que con la famosa guerra contra el terrorismo, han abierto alevosamente conflictos en todo el planeta, en una cruzada en la que básicamente tienen licencia para disparar a todo lo que se mueva.

En el ámbito externo la administración de Obama ha sido absolutamente nociva, y eso que nos vendieron la idea de que eran abanderados del “smartpower”. La destrucción de naciones estables, como los casos de Ucrania y Libia, o su feroz intervención en las guerras en Yemen y Siria, han dejado al descubierto que los intereses imperiales no conocen moral, y que los terroristas son aquellos que están en contra de sus dictados. En eso Trump es muy especifico al acusar a la Secretaria de Estado Clinton, de ser la “madre” de esa abominación que se hace llamar DAESH o Estado Islámico.

La verdad, las acusaciones de Trump, que aparecen como escandalosas novedades al público gringo (y muchos latinoamericanos), son hechos de sobra conocidos en el mundo, y, muchas veces, escondidos y manipulados por gobiernos y medios de comunicación. Pero Trump omite la elevada cantidad de víctimas mortales de las aventuras bélicas del imperio que Hillary amenaza con escalar a niveles apocalípticos.

Para América Latina, la gestión de Obama ha dejado un balance trágico realmente. Con el retorno de Golpes de Estado y una ofensiva generalizada contra nuestros pueblos, Estados Unidos dejo atrás su propio esquema de “democracia electorera”. A partir de 2009 con el Golpe de Estado Militar en Honduras, el ataque ha sido incesante, en muchos frentes y tenemos golpes exitosos en Paraguay contra Fernando Lugo, y últimamente, contra la presidenta legítima del Brasil, Dilma Roussef. Además, su actividad ha estado permanente con intentos de Golpes en Ecuador, Bolivia y Venezuela.

Todas esas agresiones han costado años de retroceso a nuestro continente, y la condena a un duradero sacrificio de los pobres que se multiplican aceleradamente desde la Patagonia hasta el río bravo. Y eso no es todo, inventando una cruzada anticorrupción (corrupción que ellos mismos han cultivado en nuestros países por más de cien años, apuntan a destruir otras democracias en todos nuestros territorios.

Curiosamente, Trump se ha declarado contrario a los tratados de libre comercio, los que seguramente son una pesadilla para nuestros países, y amenazan con inundar de transgénicos nuestras tierras a costa de nuestra soberanía alimentaria y la profundización de la miseria en nuestras poblaciones rurales.

No estamos seguros si Trump entiende bien la dimensión de sus expresiones, o si acaso entiende bien el papel secundario del Presidente de los Estados Unidos (donde claramente gobiernan las élites transnacionales). El hecho es que su discurso luce inviable e irreal. Aún en el remoto caso de que ganara, sería impracticable su visión empresarial de cómo debe operar el imperio.

Sin embargo, está claro que la política exterior gringa sigue lineamientos geoestratégicos claros, e invariables. Un ejemplo claro es el célebre “acercamiento” de Obama a Cuba, que no es otra cosa sino un cambio de estrategia en la agresión a la revolución, pues mantiene intacto el bloqueo y las políticas de desestabilización vigentes por más de medio siglo.

Cuando termine el show en noviembre, terminaremos por comprender que los enemigos siempre serán eso, nuestros enemigos.


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