Imposible no emocionarse. Imposible no reír al constatar el extraordinario logro y la visión estratégica del Gobierno de la Revolución Cubana, que hoy regala a su pueblo y al mundo el retorno a casa de los antiterroristas Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández. Como lo anticipó Fidel, hoy regresan estos héroes tras permanecer 16 años en las mazmorras de la arrogante potencia, que cometió el gran error político de mantenerlos como rehenes.

Acusados de todo, los héroes secuestrados por Clinton tuvieron que ser liberados por Obama. El único espía en esta historia, Alan Gross, declara desde una base militar estadunidense su agradecimiento al amable, generoso y talentoso pueblo cubano por el trato que recibió en los cinco años que permaneció en Cuba, tras ser descubiertas sus acciones ilegales. No podía ser de otra manera.

La espléndida noticia es el anuncio de la reanudación de relaciones entre Cuba y Estados Unidos ¡Medio siglo después de haber sido interrumpidas por la soberbia imperial! En medio de la sorpresa constatamos que se fue al pozo nuestro balance de acontecimientos de este año y las previsiones para el próximo. Una vez más, Cuba nos sorprende con esta magnífica noticia que entraña un fascinante escenario en el corto, mediano y largo plazo que obliga a un análisis prospectivo.

El vuelco en la política de la superpotencia hacia Cuba impacta en Nuestra América y en todo el mundo; por eso emociona escuchar las campanas al vuelo en las iglesias en toda la isla y ver las grandes sonrisas en rostros de cubanos y todos nosotros.

Las preguntas se agolpan: ¿Cómo se articuló ese intercambio? ¿Desde cuándo? ¿Qué llevó a Obama a este acercamiento? ¿Qué pasará con los yacimientos transfronterizos de crudo en el Golfo de México entre Estados Unidos, Cuba y México? ¿Cuáles serán los primeros pasos para levantar el oprobioso bloqueo?

Nuevos escenarios aparecen en el horizonte: Se acaban los balseros, se desactiva la disidencia interna patrocinada desde el exterior y acaba presión de la obsoleta comunidad cubano-americana sobre la política estadunidense. Nos alegra pensar que la noticia de la reanudación de relaciones entre La Habana y Washington le asesta una bofetada en plena cara a Marco Rubio y Ted Cruz.

Y enseguida vienen las confirmaciones: ¡En medio siglo la potencia NO PUDO CONTRA CUBA! ¡Qué capacidad mostró la diplomacia cubana! ¡Qué regalo impensado!

Vienen a la mente las fallidas intentonas de Estados Unidos por azuzar y subvertir al valiente pueblo cubano en cinco décadas: la guerra bacteriológica que inoculó en la isla agresores biológicos contra su población como dengue y lepra. Las múltiples ofensivas de agentes encubiertos que sabotearon bienes e instalaciones así como las incesantes misiones de agresión que culminaron con el fallido twitter ZunZuneo. De todas ellas salió victoriosa la Revolución Cubana.

En estas horas la cúpula política de México debe haber entendido que ya no puede, ni debe, mantener vigente la política extraterritorial del bloqueo estadunidense contra Cuba. En las últimas décadas -y a pesar de la retórica oficial- la diplomacia mexicana faltó a su tradición solidaria con la isla cuando se alineó con Washington y saboteó la expansión del intercambio y cooperación con la hermana nación caribeña.

Recordemos el tristemente célebre affaire Sheraton, cuando se permitió la expulsión de la delegación cubana del hotel María Isabel Sheraton en 2006, en momentos en que se realizaba la X reunión entre las delegaciones del gobierno de Cuba y petroleras estadunidenses interesadas en conocer las posibilidades de prospección energética en la isla. También viene a la memoria la falta de visión estratégica de la propia petrolera estatal mexicana para colaborar con su homóloga cubana en trabajos de exploración que a ambos países beneficiaría. Como ese, hay muchos rubros perdidos por la sumisión mexicana al genocida bloqueo estadunidense.

Pero una vez más, la historia se escribe por los pueblos y el cubano hoy lanza un mensaje claro y fuerte: nunca más sin nosotros.

Es momento de alegría y entusiasmo. Dos expresiones, una del gran José Martí y otra de Franklin Delano Roosevelt sintetizan este feliz día: “El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo” JM.

“En política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que un acontecimiento surge, se puede estar seguro que fue previsto para llevarse a cabo de esa manera”.FDR