El Foro de Sao Paulo y la transformación necesaria | Blog | teleSUR
11 junio 2016
El Foro de Sao Paulo y la transformación necesaria

En unos días dará inicio el XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo en San Salvador, El Salvador, donde el FMLN, en el gobierno, será el anfitrión de este evento. El momento histórico es particularmente complejo, y demanda que al final nos encontremos con más determinaciones que declaraciones, así como una idea clara de cómo sentar las bases para la defensa de todo lo conquistado por nuestros pueblos, y un planteamiento serio para pasar a la ofensiva.

Miembros del Foro de Sao Paulo reiteraron su apoyo a los Gobiernos progresistas de América Latina.

Las características particulares de cada país ya constituyen un gran obstáculo a salvar, pero la carencia de una estrategia regional como organismo integrador de partidos políticos, ha ido minando la fortaleza del foro, que necesita repasar cuidadosamente su papel en la historia. El auge de los pueblos de las dos últimas décadas, que alcanzó el control de varios gobiernos en la región, no se tradujo necesariamente en mayor fuerza para el FSP, especialmente por la división entre países donde somos el oficialismo y otros donde somos oposición.

La necesidad de los partidos en el gobierno de coexistir con estados dominados por oligarquías salvajes, y el imperio, nos arrastró a una visión coyuntural que, en última instancia, ha demostrado jugar contra nuestros intereses comunes, y ha servido de alguna forma para cerrar frentes de batalla necesarios para mantener un balance estratégico, urgente para quitar el peso brutal de la agresión de la derecha imperial que hoy marchita los anhelos que hace apenas cinco años nos llenaban el espíritu.

La amenaza de la agresión imperial se extiende por todos lados y apunta a los eslabones más fuertes del FSP, de varias formas, mientras nosotros no tenemos una comprensión mediana de todo el contexto más allá de nuestras “verdades” locales. Entender que se requiere un planteamiento regional para librar la guerra es imprescindible, como lo es el entender que los frentes de batalla en los que consideramos países “secundarios”, pueden ser decisivos para nuestro futuro.

La tristemente célebre “bandera” de la anticorrupción pasó en poco tiempo a convertirse en una verdadera pesadilla para todos, luego de que surgiera en los laboratorios “distantes” de Guatemala y Honduras. El imperio ha aprovechado ampliamente su control hegemónico en todos nuestros países para despertar el repudio de la sociedad a lo que llaman “el flagelo que nos separa de la felicidad”. Irónicamente, aunque nuestra posición ha sido históricamente contra la corrupción, no somos capaces de desmarcarnos a tiempo, de notar la diferencia entre nuestra lucha y las artimañas del enemigo, y terminamos enredados en las turbias corrientes de la legalidad burguesa, aferrados a ella hasta morir como peces fuera del agua.

El Che Guevara proclamó la necesidad de “abrir uno, dos, tres, tantos Vietnam como fuera posible”, pero después de los años ochenta parece que olvidamos el profundo significado de aquellas palabras. Hoy el imperio parece haber tomado en serio aquel genial planteamiento, y nos pone a prueba en todas partes, en un proceso de aniquilación que nos ha dejado pasmados, muchas veces adivinando que es lo que debemos hacer, y en semanas nos hacen convulsionar.

Hacer una relación de todas las observaciones que podríamos formular no viene al caso, pues eso debe dejarse a la discusión interna. Si es pertinente plantear ideas de hagan recobrar fortaleza al Foro de Sao Paulo como entidad, lo que seguramente se traducirá en mayor vigor para sus partidos miembros y las luchas que estos libran junto a sus pueblos por la conquista de un mundo mejor. El FSP está llamado a ser un protagonista político en nuestra región, y para ello necesita tomar decisiones.

El Foro de Sao Paulo es una organización de partidos y organizaciones políticas; el objetivo de todas esas organizaciones es y debe ser, conquistar el poder y construir sociedades alternativas, anticapitalistas y anti neoliberales. Sin importar cuan modesto sea el alcance o la capacidad de un miembro, una condición esencial para su participación en el foro debería ser su trabajo constante por el crecimiento y la construcción de opciones para convertirse en una fuerza decisiva para su pueblo.

La lucha de todos los miembros debe interesarse en las agendas de los movimientos sociales, y sus partidos miembros deberían actuar como entes para fortalecer las luchas reivindicadoras de los diferentes sectores, pero nunca convertirse en ellos. Hacer eso solo debilita las luchas, y el exponer uno de los eslabones de la cadena revolucionaria, pone en riesgo a todos los demás. Las luchas de los movimientos sociales son más sectoriales y permanentes, mientras la lucha de los partidos políticos debe ser estratégica y permanente, por el poder siempre.

El Foro de Sao Paulo, debe considerar la posibilidad de tener una comisión permanente, que sirva de manera efectiva y real para propósitos de defensa de los procesos revolucionarios continentales, y tener presencia en todos aquellos escenarios donde políticamente es necesario hacer un balance geoestratégico en respuesta contundente al planteamiento imperial. Todos los partidos políticos miembros del FSP deben estar en el frente de batalla de cualquiera de sus miembros. Claro está con mucha inteligencia y audacia.

El comandante Hugo Chávez planteó acertadamente la necesidad de integrar la V Internacional. El Foro de Sao Paulo debería retomar la inquietud del líder bolivariano, pues queda claro que el pensamiento revolucionario, aunque abundante, carece de vida orgánica, lo que constituye una debilidad estructural para una lucha que a estas alturas debería ser sumamente coherente estar siempre en busca de lo que el vicepresidente boliviano, Álvaro Garcia Linera, llama “punto de bifurcación”.

El mundo no podrá cambiar mientras el capitalismo neoliberal controle ideológicamente el mundo, así la misión que nos lleva a salvar el planeta, terminar con el patriarcado, reivindicar a los jóvenes, generar igualdad, etcétera, implica necesariamente derrotar completamente y reemplazar hegemónicamente lo que hoy tenemos. Mientras tanto, el mundo seguirá funcionando bajo la lógica del gran capital y las endemoniadas formas que necesita para reproducirse.

En suma, la tarea que tiene por delante este importante organismo de Partidos Políticos es muy grande, pero cuenta con los elementos básicos para asumirla. Quizá es el momento de que toda América Latina y el Caribe retomen como objetivo fundamental de su lucha el ideal bolivariano y morazánico de la unión de todos nuestros pueblos en una patria grande; que nuestros hijos crezcan con el anhelo de ser uno solo ya sería un paso esperanzador.


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