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11 abril 2015
El Chorrillo, pequeño gran gesto con la memoria histórica

**Tomado de Notas

El Chorrillo, pequeño gran gesto con la memoria histórica

Los vecinos de uno de los barrios más pobres de “Panamá City” no podían creer lo que estaba sucediendo. Por primera vez en su historia, un presidente les hacía una visita, los reconocía como pueblo y como víctimas de una injusticia invisibilizada. Hace 26 años que su propio Estado mira para otro lado, callando y borrando la historia para seguir siendo uno de los mejores lacayos del imperio. Ese barrio se llama El Chorrillo y ese presidente es Nicolás Maduro.

Este viernes 9 de abril quedará grabado en la historia de “El Chorrillo” -ese cúmulo de edificios bajos, un poco desvencijados, lleno de gente humilde, de niños y mujeres alegres, de hombres de piel curtida-, cuando pasado el mediodía el barrio se vio revolucionado por la llegada de Nicolás Maduro. El presidente venezolano recién se había bajado de su avión presidencial y rompiendo cualquier protocolo, se dirigió al encuentro con los vecinos, lejos de los rascacielos espejados del capital usurario, el lavado de dólares y la cultura “miamiesca” del centro de la ciudad. Fue recibido por un grupo de chorrilleros que gritaban la consigna: "Maduro, Maduro al yankee dale duro".

“EEUU tendrá que pedir perdón a este pueblo por los miles de muertos, por bombardear a esta población civil”, sentenció el presidente Maduro. Cientos de personas lo recibieron y desde el Comité de Víctimas de la invasión reconocieron su visita con gratitud. El acto inició con la colocación de una ofrenda floral y se realizó un minuto de silencio en recordación a los caídos del 20 de diciembre en El Chorrillo. Luego, el Movimiento 9 de enero entregó una carta de firmas al presidente Maduro contra el decreto de EEUU.

“El Chorrillo” fue el foco de los bombardeos durante la invasión que realizó EEUU a Panamá en 1989, cuyas consecuencias se han grabado a fuego en la memoria de los panameños, aunque no exista ningún registro oficial de la cantidad de muertos, ni mucho menos algún tipo de reclamo internacional contra este atropello imperialista por parte del Estado panameño hasta la fecha. Los gobiernos que se han sucedido desde el derrocamiento de Noriega parecen haberse olvidado de este lugar en el mundo.

El 20 de diciembre de 1989, los EEUU decidieron invadir Panamá con 26 mil marines, con el argumento de destituir, por sus relaciones con el narcotráfico, al dictador Antonio Noriega, una marioneta que llegó al poder años antes con el aval de Washington ,pero que una vez pasada su fecha de vencimiento, se rehusó a dejar el poder. Por esta razón la potencia imperial se sintió “amenazada” y decidió pasar por encima la soberanía del país centroamericano y dejar de lado sus “respetados“ derechos humanos para invadir, bombardear y masacrar al pueblo panameño. Al menos 20 mil personas perdieron su casa, bienes y familiares. A la fecha no hay una cifra cierta, pero los cálculos moderados estiman que en el barrio, incendiado casi en su totalidad, hubo 3 mil muertos. Otras estadísticas hablan de 10 mil.

Barak Obama, que había llegado varias horas antes, se bajó del Air Force One, dio los saludos protocolares y se subió a su helicóptero que se perdió en la noche, rumbo a su lejano y protegido hotel. Los medios dominantes de Panamá se dedicaron a cubrir a un puñado de antichavistas que desde sus lujosos departamentos hicieron sonar sus cacerolas en forma de protesta.

Este pequeño gran gesto de Maduro recuperó la memoria histórica, que las clases cipayas panameñas intentan barrer bajo la alfombra, pero también les demostró a los más pobres que ellos también son dignos de ser visitados, de ser reconocidos por un presidente. En una cumbre rodeada de discursos que hablan de democracia, de prosperidad, de derechos humanos. Maduro dio el ejemplo y se comprometió a llevar el reclamo de este pueblo como una causa propia: “EEUU tiene que pedir perdón por lo que hizo”.

Por: Gonzalo Armúa y Fernando Vicente Prieto


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Perfil del Bloguero
Periodista argentino. Corresponsal en Caracas de Notas – Periodismo Popular y colaborador en otros medios de comunicación. Sus textos y fotografías se han publicado en periódicos, revistas y sitios web de América Latina y Europa. Desde enero de 2013 hasta abril de 2014 fue productor y editor de noticias en ALBA TV. Actualmente, además de la corresponsalía en Notas.org.ar, integra el equipo de comunicación de ALBA movimientos y participa en el proyecto "Crónica de Comunas".



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Noriega no fue depuesto por haberse negado a dejar el poder; fue depuesto por no haberse querido prestar a acusar al FSLN de narcotraficante como le exigían. Por la razón que haya sido, no quiso prestarse..
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