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2 marzo 2017
Dos frentes de la guerra económica

El retroconservador Donald  Trump no es estúpido, como tampoco es un hombre bueno. Es por ello  que destinó la mayor parte del presupuesto estadounidense a los gastos militares conocidos como Defensa Nacional, visto como una gran inversión económica de la que sabrá sacar el mayor provecho posible, amén de que la CIA y el Pentágono lo cuidarán y consentirán como a ningún otro de sus predecesores.  
     

Dos frentes de la guerra económica

Por otra parte, Donald Trump mientras echa las bases del tecnócrata gobierno corporativo acorde con la moderna noción imperial de siglo XXI, aprovechará para dar pan y circo a quienes quieren la invasión sobre la República Bolivariana de Venezuela y la liquidación del chavismo como expresión concreta de la revolución bolivariana y socialista del siglo XXI a la manera criolla, lo que  pasa, indefectiblemente, por la salida a la fuerza y liquidación de Nicolás Maduro, por cuanto éste  encarna la imagen del Pueblo empoderado, como legado del Comandante Hugo Chávez, además de que Donald Trump necesita sacar del suelo venezolano los recursos minerales y energéticos como petróleo, coltán, hierro y oro, entre otros tantos, que puedan cubrir el hueco fiscal que dejó el endorracista Barack Husseín Obama. 
     
He allí, unas, entre tantas razones, que explican el desenfreno con el que el retroconservador mandatario estadounidense ha arremetido contra Venezuela y ha instruido al Comando Sur para que en el momento menos esperado, arremetan y asesinen venezolanos,  incluyendo a esa masa que corea y ruega por la invasión de Venezuela, olvidando que no hay bomba sólo matachavistas.
     
En esta conseja, participan actívamente el presidente colombiano, Juan Manuel Santos y todo el arco de gobiernos de la derecha plutocrática de Brasil, Perú, Chile, Paraguay y Argentina, no así, sus pueblos que rechazan esta conjura criminal y genocida. 
     
En este concierto criminal también participa, jugando a dos manos, el Vaticano, cuyo Papa Francisco es un maestro del engaño, muy simpático, subestimando la inteligencia de Nicolás Maduro y echando por tierra los esfuerzos de buena voluntad del obrero presidente venezolano.
     
Ahora bien, como consecuencia de esta conjura nos avecinamos a una guerra de guerrillas, porque ellos están decididos a matarnos para imponernos un gobierno títere y restaurar el viejo modelo explotador capitalista cuartorrepublicano y los chavistas no estamos dispuestos a recibirlos a sombrerazo.
    
Previo a esta agresión bélica en la que nos mataremos unos y otros, perdiendo  la paz, la conspiración ha planificado y articulado un frente de guerra económica, para ablandar y desmoralizar la revolución chavista venezolana, incluso, buscando quebrar las bases ideológicas y de principios  de  muchos dirigentes y cuadros chavistas, los que  allanan caminos de entrega y conciliación con el enemigo de clase, la burguesía explotadora y parasitaria, escondidos en un falso y contradictorio “progresismo” como forma de entrega disimulada.
    
Este primer frente de ataque y guerra contra Venezuela es el económico, que, grosso modo, se resumen en: bloqueo económico velado y directo, chantaje a los gobiernos amigos y aliados del gobierno venezolano, boicot contra el signo monetario venezolano e  inyección de dólares del narcotráfico colombiano y estadounidense para financiar  las conspiraciones desde el extranjero y en suelo venezolano, campaña mediática  de descrédito de altos funcionarios venezolanos, videos y películas de ficción para generar odio contra el chavismo, boicot desde bancos internacionales, como el Citibank y las calificadoras de riesgo, sabotaje de los acuerdos energéticos en materia petrolera para forzar la caída de los precios del crudo en mercados internacionales, bloqueo de importaciones hacia Venezuela de medicinas, insumos y alimentos, mercado paralelo especulativo para el  intercambio en  divisas extranjeras en  Venezuela y desde Colombia y EEUU, sabotajes a la navegación y a la permanencia en puertos y aeropuertos de naves y aeronaves venezolanas. Esto está sucediendo desde el año 2012, cuando el Comandante Chávez anunció su enfermedad y se agudizó apenas Nicolás Maduro asumió la presidencia y liderato de la revolución bolivariana y chavista en Venezuela.
    
Por otra parte, los ataques de la guerra económica desde el frente extranjero, se hicieron sentir inmediatamente a lo interno de la República, acompañado del lloriqueo aprendido en la academia y universidades venezolanas, que consiste en autoflagelarnos con la conseja de que Venezuela es monoproductor dependiente de la explotación petrolera, pero callando la diversificación en materia de biopolímeros y energética. Desde esa supuesta ilustración de bellacos universitarios con pose académica, olvidaron que es allí en donde se han sentado las bases de la ignorancia aprendida, en una población muy inculta en materia económica y en materia petrolera, pero muy prestigiada en materia de concursos de belleza, humillantes y denigrantes de la condición femenina, los que hoy también participan en esta conjura golpista, mostrando a supuestas putitas que sólo sueñan con ser misses o modelos, para no seguir comiendo y escarbando entre la basura, porque el libreto montado desde fuera y con Caritas, controlada desde el Vaticano, consiste en mostrar una supuesta crisis humanitaria.
    
Siguiendo en el frente de ataques de la guerra económica a lo interno de Venezuela, se ha impuesto con mucho éxito político-electoral  en favor de la derecha golpista y parasitaria, el boicot que puede resumirse en: desabastecimiento programado, escasez deliberada de alimentos y productos, especulación y anarquía de precios, bachaqueo  de cuello blanco y bachaqueo con rostro marginal, campaña sostenida en los medios contra el Presidente Nicolás Maduro, al que culpan del boicot económico y del negocio lucrativo de la crisis económica, que comerciantes y productores ladrones y especuladores han aplicado contra la familia venezolana y los trabajadores.
     
Esta guerra económica desde estos dos grandes frentes es una bomba de tiempo, que no ha detonado en una explosión social, porque el Presidente Nicolás Maduro y la base de apoyo chavista la han enfrentado estoicamente y por la aplicación de diversos paliativos económico-materiales y alimentarios, que han venido variando y mejorando, hasta llegar al uno de los más sólidos, conocido como Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), cuyos efectos positivos son bastante atacados por esa derecha golpista y sus aliados dueños del aparato reproductor y especulativo privado.
     
También, hemos de observar que,  si bien es cierto, que con los CLAP y las medidas asumidas por el Presidente Nicolás Maduro, tales como aumentar constantemente los sueldos de los trabajadores y lo correspondiente al salario integral y bonos de alimentación, se ha buscado refrenar el empobrecimiento de los más inermes, también son ciertas las siguientes apreciaciones: 

1. Hay una rabia rencorosa contenida (arrechera, según su exacta carga semántica), en un grueso de la población, sobre todo, en la clientelar, que se mueve en un veinte por ciento (20%) de la población, entre los dieciocho y cincuenta años de edad, sobre todo, joven, que sin ser chavista, ni opositora, viene rumiando un desquite o venganza con el voto, porque entiende que el paliativo de los CLAP no es empoderamiento alguno, sino el resumen de una compensación o paliativo, aunque el espíritu o intención del mismo pretenda, teóricamente, ir más allá de la entrega de cajas y bolsas de comida, lo que en la práctica se traduce en hacer llegar,  parcialmente, lo que la derecha internacional y la criolla le quitó y que disfrutaba de la V  República con el Comandante Chávez y con el precio del  barril de petróleo venezolano por encima de los cien dólares;

2.  La campaña de descrédito sostenida contra el Presidente Nicolás Maduro, culpándolo de la crisis económica provocada  (no inducida, como algunos cándidos la llaman), ha sido más efectiva y ha ocupado mayor espectro radioeléctrico y electrónico, que el desenmascaramiento de la mentira que se intenta desde el gobierno revolucionario y sus medios;

3. No han sido pocos los organismos y funcionarios que han servido de colaboracionistas con  la derecha parasitaria, los  que han contribuido de diversas maneras, deliberada en unos casos, e, ingenua en   otros, verbigracia, la llamada SUNDDE, la que ha contribuido con  su ineficacia y otros vicios, para que se consolide la anarquía de precios con la especulación y usura reinantes.
     
Es mezquino, por otra parte, desconocer que la crisis de abastecimiento y producción está empezando a mermar, a pesar de que la hiperinflación desatada no ha sido, aún, contenida, aunque, desde el retroconservador Donald Trump, hasta el menos pervertido de Fedecámaras- Venamcham, saben que al estabilizarse los precios del petróleo a niveles justos, en esa misma medida el gobierno revolucionario estará en capacidad de enfrentar la guerra económica. 
   
A pesar de la estabilización del precio del petróleo, es hora de mayor audacia y efectividad en lo económico. A lo externo, entendemos que los países miembros del Movimiento de los No Alineados (MNOAL) somos más que las hienas imperiales y sus lacayos, mientras que, a lo interno,  las medidas que han debido aplicarse a tiempo, ahora se avizoran como una determinación del obrero Presidente Nicolás Maduro, quien tiene al Pueblo chavista de su lado y necesita más efectividad de todos los funcionarios, como tarea revolucionaria que combata las lacras económicas con herramientas que no sean las de preservar y convivir con el capitalismo.


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Perfil del Bloguero
Nacido en Mérida, Venezuela.Narrador y ensayista. Activista político de base, del PSUV. Comunicador de Calle del SiBCI, No. 16004.Profesor universitario e investigador de fenómenos sociales y del habla espontánea.Profesor en Lengua Materna; Magister Scientiae en Literatura Iberoamericana; Doctor en Ciencias Sociales.



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En Telesur hay unos curiosos críticos que andan a la caza de todo comentario que reconoce a Venezuela y al presidente Maduro. Escriben destilando su odio e ignorancia supina, dan lástima y risa
Nota sin comentarios populares.