Cuba consolida el socialismo | Blog | teleSUR
25 octubre 2015
Cuba consolida el socialismo

Si bien Cuba ha logrado, sobre la base de muchos sacrificios, convertirse en un ejemplo a seguir por los países del mundo, los medios de comunicación transnacionales se han encargado de fijar la agenda informativa sobre la isla alrededor de los intereses más mezquinos. Actualmente, se dice mucho sobre la reapertura de relaciones con los Estados Unidos, mientras se deja en silencio el asombroso proceso interno que ahora interesa la vida cotidiana de los cubanos.

Cuba consolida el socialismo

Cuando se acerca el quinto aniversario de la entrada en rigor de la política de actualización del modelo económico, hay resultados concretos que mueven a pensar que se marcha por el camino correcto, que se está dando una transformación profunda que beneficia a la sociedad cubana, y que consolida el socialismo y sus conquistas, así como la participación masiva de toda la sociedad en la toma de decisiones.

Víctima del bloqueo más largo de la historia, y aún sufriendo las limitaciones que resultaron del periodo especial, Cuba afronta el futuro con seriedad, organización y planificación la transición hacia una economía basada en novedosas formas de propiedad, que superan los límites teóricos que conocemos hasta la fecha. Es por eso que resulta muy importante entender las verdades cubanas.

En primer lugar debemos apuntar que los lineamientos que rigen la actualización del modelo económico son el producto de un amplio debate nacional, sin precedentes en la historia latinoamericana (al menos). Durante este proceso se dieron miles de asambleas a lo largo y ancho de la isla, en la que participaron ocho millones de personas, que emitieron tres millones de opiniones sobre cada detalle de la vida nacional, toda esa información se registró debidamente y es accesible a cada persona. A partir de ahí, se sistematizo la información obtenida y se llegó al documento que contiene los 313 lineamientos que hoy rigen la economía cubana.

No podemos encontrar en la historia de nuestro continente un ejercicio democrático de esta envergadura. Esto se da gracias al hecho de que la revolución ha permitido superar ampliamente el asunto ideológico que afecta a nuestras sociedades, susceptibles de la más vil manipulación a través de la desinformación de masas. El pueblo cubano tiene hoy su mayor fortaleza en su posibilidad de discernir, de inferir, de opinar y, sobre todo, de garantizar que su opinión cuenta. Seguramente un ejemplo de libertad al que todos deberíamos anhelar.

Como todos los procesos las cosas sufren modificaciones en el camino, pero la idea central de avanzar en la consolidación socialista se da con paso firme. El PIB muestra índices de crecimiento por encima de la media continental, en una época en la que muchos aspiran a metas más modestas, y el acceso a la tecnología aumenta de manera gradual, ordenada y democrática, contrario a nuestros países en los que cada quien compra lo que puede.

La producción agrícola se ha incentivado garantizando acceso a la tierra y a los medios tecnológicos necesarios para que el trabajo de la misma sea gratificante para quienes asumen la tarea de avanzar hacia la soberanía en el campo alimentario. La base de avance en el campo de la investigación científica, que tiene una sólida base desde hace décadas, contribuye hoy para que el desarrollo en el campo cuente con toda la ciencia que le ayude a estar en nivel óptimo.

El asunto de “las dos monedas”, es algo en lo que se trabaja y se espera que en breve este será resuelto con la consolidación del peso cubano como moneda única de intercambio en la isla. Antes se ha tenido mucho cuidado en evitar el enorme impacto inflacionario que tendría sobre la población, y sobre las conquistas de la revolución un cambio súbito en este sentido.

Seguramente hay mucho que escribir sobre cada uno de los detalles alrededor de este proceso fascinante, mediante el cual se marcha hacia la eliminación del estigma de que el socialismo es sinónimo de precariedad. Pero aún más seguro es el hecho de que la revolución se consolida, que ninguna de sus conquistas será puesta a un lado, y que el avance hasta ahora logrado será la base para seguir avanzando.

Los latinoamericanos podemos estar seguros que la Cuba revolucionaria, de Fidel y del Che, sigue marcando el camino; y sobre todo que los principios sobre los que se construyó, que la han hecho ejemplo de solidaridad en todo el mundo, están más vigentes que nunca. Los pasos que hoy se dan, son la consecuencia directa de la consciencia del pueblo cubano ganada en mil batallas, y de la claridad de su liderazgo histórico. No hay rupturas, ni caídas. Esto demuestra que el socialismo si es viable, que es dialectico, y además es capaz de retribuir a toda la sociedad con el ben vivir.

Claro está, para que la revolución lograra esto ha sido necesaria la lucha permanente; ha sido imperativo el crecimiento de una sociedad cada vez más crítica, consciente de los momentos históricos y las coyunturas que le afectan. Esto también es posible únicamente en socialismo. Aquí los hechos no agarran por sorpresa a nadie ni se pasa de la embriaguez consumista a la miseria de un día para otro.

Muchos nos aferramos a las imágenes estáticas de glorias pasadas como si fueran verdades eternas. El ejemplo cubano nos muestra fehacientemente que mientras más conoce un pueblo su historia, más capaz es de remontar las arremetidas incesantes de sus enemigos, de aquellos que lo quieren poner de rodillas.

No se trata de que se haya alcanzado la panacea, ni de que aquí acaba todo. Al contrario, cada día trae nuevos retos; los enemigos pueden cambiar de mascara pero no de propósitos, y la lucha es el único camino para seguir adelante. No es que el lobo se convirtió en caperucita y ahora es bueno. La consciencia meridiana de estas verdades hace más fuerte la revolución cubana y su confirmación socialista.


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