Unos carteles piden: “Sea compañero”. Y otros dicen: “Sea compañera”. Es parte de la campaña que esta mañana lanzó el Partido de los Trabajadores de Brasil para retomar la mística militante. El acto reunió a los 600 delegados al Quinto Congreso del PT y el propio Luiz Inácio Lula da Silva encabezó la primera sesión para discutir cómo recaudar dinero para financiar la política sin depender del poder económico.
En realidad el objetivo pareció más político que financiero. Lula recordó los viejos tiempos en los que cada delegado quería llevarse de un congreso una camiseta, o aunque fuera un prendedor con la bandera roja y la estrella de cinco puntas del PT. Y, como para dejar claro que no se trataba de simple nostalgia, el ex presidente puso el marco de la campaña: “Quieren criminalizar al PT”. Aludía a los sectores más conservadores y a los medios más poderosos de televisión y gráfica. “No solo quieren criminalizarme a mí o criminalizar a Dilma Rousseff”, dijo. “Quieren que el PT no sea más un partido vivo.”
Era el segundo discurso de Lula en pocas horas. El primero fue muy tarde en la noche de ayer, jueves. Lula habló en el hotel Pestana de Rio Vermelho frente a una punta levantada sobre el Atlántico, muy cerca de donde tenía su casa el escritor Jorge Amado y donde todos los años celebran a Yemanyá.
“En junio se cumplen 10 años desde que la prensa brasileña decretó la muerte del PT”, narró un Lula con tono irónico delante de las risas de los delegados. “El 19 de junio de 2005 una revista que era considerada muy importante publicó en tapa un dibujo de mi rostro partiéndose en pedazos. Y lo que pasó es que un año después fui reelecto para el segundo mandato.”
Dijo que más tarde dieron al PT como herido de muerto. “Y en 2010 elegimos a la compañera Dilma presidenta de la república.
En 2013 volvieron a escribir que el pt se había acabado. Un día 1° de mayo de 2014 un bloguero escribió: ‘El PT comenzó a morir’. Un historiador que seguro no conoce la historia puso: ‘Adiós PT’. Cinco meses después vencimos una vez en las urnas y reelegimos a Dilma.”
Tras insistir en que el PT, que lidera la coalición de gobierno desde el 1° de enero de 2003, cuando Lula asumió el primero de sus dos mandatos, “continúa vivo y preparado para nuevos debates, enfrentando la más fuerte campaña de difamación que sufrió un partido político pero vivo”, el presidente honorario del PT dijo que “Brasil está viendo a la primera generación en la historia que creció sin hambre”.
Lula cuestionó a los sectores conservadores que tienen en su agenda “el financiamiento empresarial de la política y la baja de la mayoría de imputabilidad penal para poder mandar a la cárceles a los chicos que están en las escuelas”.
Dilma cerró el acto de apertura del V Congreso en la medianoche del jueves recién llegada de la cumbre entre la Unión Europea y la Celac.
“Somos la región que más redujo las desigualdades”, señaló sobre Sudamérica.
En un tramo que fue seguido por un silencio tenso defendió su política de ajuste fiscal, motivo de polémica abierta entre los delegados, con este argumento: “El ajuste es necesario porque hicimos frente con éxito a la crisis mundial desde el 2008 pero usamos muchos recursos que hoy no tenemos. Hay que hacer el ajuste rápido para volver a crecer rápido”. Pidió confianza y dijo: “No cambié de bando, y no puedo hacer esto sin mi partido”.
Rousseff invitó a los delegados a que vayan por Brasil contando que hay y habrá más viviendas, que no terminarán los planes sociales y que, “más allá de los casos de corrupción de Petrobrás, que deben ser investigados a fondo, la empresa ganó tres mil quinientos millones de reales en el primer trimestre del 2015”. Afirmó que seguiría negándose a la privatización que exigen las transnacionales y que mantendría el proyecto de que el petróleo del mar profundo, el pré-sal, sea utilizado en parte para proyectos educativos y de salud social “pensando en el futuro”.
*Por Martín Granovsky
Para Telesur
Desde San Salvador de Bahía, Brasil
Email: martin.granovsky@gmail.com