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  • En septiembre de 1971 se le detectó una leucemia. Se presentó el 2 de febrero de 1973 en el Madison Square Garden, cuatro días después fue hospitalizado y en la noche del 28 de febrero de 1973 se quedó dormido en los brazos de su amada esposa Toby.
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    En septiembre de 1971 se le detectó una leucemia. Se presentó el 2 de febrero de 1973 en el Madison Square Garden, cuatro días después fue hospitalizado y en la noche del 28 de febrero de 1973 se quedó dormido en los brazos de su amada esposa Toby.

Nació en Puerto Rico y hace 48 años cambió de paisaje cuando sólo contaba con 50 años de edad. Como el título de uno de los más emblemáticos temas que cantó, Tito Rodríguez es Inolvidable.

El percusionista venezolano José 'Cheo' Navarro (Grupo Mango, Trabuco Venezolano, Bailatino, Guajeo, etc.) señaló en una oportunidad que cuando vio por primera vez a Tito Rodríguez por televisión en el programa El Show de Víctor Saume tomó la determinación de hacer música con cuanto elemento se encontrara. Tenía la influencia directa de su padre, coleccionista de discos y seguidor de Tito Rodríguez, tal como lo reseña la página de la estación radial Salsa, Son y Sabor Latino. (https://www.facebook.com/salsasonysaborlatino)

Cheo Navarro no es el único caso ni en Venezuela ni en América Latina y el Caribe. Es que fue poderosa la influencia de este boricua que supo definir su estilo, hacerse una excelente imagen y además pasearse con solvencia por la dinámica musical de esta zona del mundo. Nació en Puerto Rico y hace 48 años cambió de paisaje cuando sólo contaba con 50 años de edad. Como el título de uno de los más emblemáticos temas que cantó, Tito Rodríguez es Inolvidable.

Asimilando

En entrevista realizada por el investigador y productor radial Jairo Aponte, contenida en un libro próximo a salir al mercado el también venezolano Maestro y Director de Orquesta Andy Durán, le dijo lo siguiente, al preguntarle por sus influencias: “A mí, la banda que más me impactó y que prácticamente marcó mi vida en la dirección y el concepto es la banda de Tito Rodríguez. Yo había escuchado todas las grandes orquestas: Pérez Prado, Billo's, Lucho Macedo, Tony Camargo, las orquestas cubanas como Fajardo, Benny Moré, Bebo Valdés, y me gustaba la música bailable siempre. Un día mi papá compró un disco de Tito Rodríguez y me dijo: “Mira, hijo, dice Domingo Correa que esta es la orquesta que está dando el golpe en Nueva York”. Y cuando veo la portada, veo aquellos músicos tan elegantes empecé a soñar. Cuando escuché eso, yo ni siquiera sabía bailar. La impresión que me dio ese disco fue la sabrosura, porque en ese disco hay un ingrediente que hoy en día se ha perdido que es tocar sabroso”.

El investigador y escritor colombiano Sergio Santana señala en su monografía dedicada a Rodríguez: “En esta década (la de los sesenta) realizó giras con más frecuencia además de presentaciones en centros nocturnos y teatros de varios estados de una unión norteamericana. Estuvo también en Puerto Rico, Canadá, Panamá y Venezuela, siendo este último el país que más visitó. Allí fue tremendamente aplaudido en los carnavales de Caracas de 1963 donde participó en un concurso de orquestas y recibió el Momo de Oro como mejor orquesta extranjera” (El inolvidable Tito Rodríguez, editorial Rumbantana. 2003).

El periodista venezolano Juan Ignacio Cortiñas, residenciado en Amsterdam, en su página Akángana, señala en torno a Tito Rodríguez y Venezuela: “A comienzos de 1963, Tito Rodríguez triunfa en los carnavales de Caracas y se lleva el Momo de Oro a la mejor orquesta visitante. Un exitazo mayúsculo. Como respuesta al amor que le profesó el público caraqueño, a los pocos meses sacó un disco de pachangas y boleros con especial acento en las canciones que habían triunfado durante sus presentaciones en la ciudad. En homenaje a uno de los espacios más elegantes y llamativos de la metrópoli, decidió titular el álbum In Puerto Azul, Venezuela. Puerto Azul es un club privado ubicado en la costa cercana a Caracas, visitado exclusivamente por gente de clase media alta y con unas instalaciones que eran muy modernas y confortables para esas fechas, pues había sido completado pocos meses atrás. Cuentan que fue contratado para tocar en un vermouth bailable y quedó fascinado con la belleza del lugar. Además, unir su nombre con la elegancia del club convenía a Tito. Era un asunto de status”.

En Puerto Azul

 



 

Y Oswaldo Silva, uno de los fotógrafos que más ha registrado con su lente a los músicos en Venezuela señaló que él pudo ver a Tito Rodríguez en televisión, lo vio en un club de la ciudad y también lo pudo apreciar en el Coney Island de Caracas, un monumental parque de atracciones que tenía un anfiteatro amplio y confortable. Cuenta Silva que en una oportunidad en el entonces canal televisivo CVTV (actual VTV) tuvo la oportunidad de acercarse a Tito para decirle que los músicos lo estaban esperando. El vocalista se volteó, lo miró y solo dijo: “Yo soy Tito Rodríguez”. Más nada. Y así, la estela de comentarios en torno a este irrepetible personaje de la música del Caribe, pica y se extiende.

Pablo

 

Nació en San Juan de Puerto Rico el 4 de enero de 1923, en el seno de una familia humilde y numerosa, hijo de padre boricua, Juan Rodríguez y madre cubana, de Holguín, de nombre Severina pero a la que todos llamaban Nina.

Tenía Pablo 9 años cuando falleció su mamá y a los seis meses de esta partida, también partió Juan, el padre. El hermano mayor, Johnny tomó las riendas de la familia y se mudaron al viejo San Juan. Idas y venidas, participaciones radiales y ganas caracterizaron esa infancia hasta que participó en el cuarteto Mayarí de Plácido Acevedo. Culminó estudios secundarios y las hermanas le pidieron a Johnny que se llevara a Pablito para Nueva York. Y fue su hermano mayor quien lo bautizó como Tito.

Para comienzos de 1940 tenemos a Tito Rodríguez realizando grabaciones con diversas agrupaciones en las que participaba su hermano, y siguió siendo así hasta que Johnny se marchó del grupo donde estaban los dos, el de Enric Madriguera, y Tito quedó entonces como voz principal. Al año siguiente, en 1942 ya estaba en el Cuarteto Marcano. Tenía 19 años. Vendría luego su pasantía por la orquesta de Xavier Cugat y posteriormente el Servicio Militar obligatorio que lo mantuvo fuera de los escenarios durante un año. Al retorno se estabilizó con la agrupación de Noro Morales.

En esa década de los cuarenta las orquestas usaban saxos y trompetas orientándose fundamentalmente hacia un público no latino que acudía a los clubes, por ejemplo los de Broadway donde Noro Morales y Frank Grillo, 'Machito' tocaban lo que entonces se llamaba Afro son. De ese contexto extrajo Tito ideas de sonoridad y de dotación orquestal que luego pondría en práctica.

Ahora me toca a mí bailar

 

Tito Rodríguez se integró a la orquesta de José Curbelo y continuó su formación. Se presentaban en concurridos locales, entre ellos el China Doll, en el que conoció a quien sería su gran amor y única esposa, la bailarina de origen japonés Takeku Kunimatzu, conocida como Tobi Kei. Por esa relación hubo de despedirse circunstancialmente de la orquesta de Curbelo que prohibía relacionarse con las bailarinas de los sitios de presentación. Esa situación formó parte de la génesis de la idea de conformar su propia agrupación. Reunió a 10 músicos y comenzó a trabajar en forma independiente. El mambo comenzaba a causar furor, y en esa dirección orientó Rodríguez su trabajo. Al año siguiente ya tenía su grupo, bautizado como “Los Diablos del Mambo”, que luego pasó a llamarse “Los Lobos del Mambo” y posteriormente “Tito Rodríguez y su orquesta”. Y así llegó al Palladium Ballroom, para ser protagonista de una fulgurante etapa de la música afro latina, con epicentro en ese local que reunía a tres estelares: Tito Puente, Tito Rodríguez y Frank Grillo, “Machito”. Mesa servida.

El despegue

De que existió la rivalidad entre los dos Tito, existió y generó no solo varios temas de indirectas muy directas, y de gestos inamistosos sino que también fue causa de varios cambios de sellos disqueros para uno y otro. Era la década de los cincuenta y Rodríguez comenzó a presionar pues quería condiciones de contratación como las que tenía Puente. Lo que se ganó fue un veto que lo obligó a marcharse a Las Vegas y Hollywood, para retornar después, al tiempo, nuevamente a Nueva York y firmar un buen contrato discográfico con el sello UA Latino que le aportó estabilidad y afinó sus oportunidades.

El primer lustro de la década de los sesenta significó la gloria para el del Barrio Obrero de Santurce. Ya se había probado sobradamente en los predios del Mambo y la Pachanga, disponía de un excelente repertorio y de una orquesta que en su diferentes etapas solo tuvo a músicos, instrumentistas muy calificados. Tito Rodríguez era obsesivo con la sonoridad impecable, limpia, así como lo era con la pulcritud hasta física de su Banda. Daba gusto ver y escuchar a aquella orquesta. Sin embargo, aún con el viento del mambo y la pachanga a su favor Tito decidió grabar e interpretar boleros. No era la primera vez. Desde sus inicios lo había hecho una que otra vez, pero en esta década sesentosa despegaban otros ritmos, los grandes salones de baile comenzaban a cerrar y Rodríguez se lo pensó bien y lo hizo respaldado por su sello discográfico, que le puso a disposición al Director Musical de la United Artists, Leroy Holmes, quien dotó a la exquisita voz y dicción de Tito Rodríguez de un marco sonoro de violines para que temas como “Inolvidable”, “Llanto de luna” y “El pañuelo” dieran enseguida la vuelta al continente batiendo records de ventas, difusión y popularidad. Pasó del mambo y la pachanga al bolero sin ningún problema, algo que muy pocos logran.

Inolvidable

 

En ese marco de tanta calidad llegó a Venezuela en 1963 para arrasar con la querencia de los venezolanos y con todos los reconocimientos posibles. Visitó a Caracas varias veces entre 1963 y 1971, e inclusive dedicó un tema a su amigo y compadre, el venezolano Phidias Danilo Escalona.

El bigotón de Danilo

 

¿Detalle curioso? Tito Rodríguez nunca hizo salsa y se mantuvo centrado más bien en ritmos como el mambo, la pachanga, la guaracha y el bolero. Todos bailables, eso sí.

Carnaval en Caracas

 

A mediados de la década de los sesenta disolvió la orquesta y se residenció en San Juan de Puerto Rico. Se convirtió en cantante solista y hasta tuvo su show de televisión. Con el tiempo notó cierta resistencia de las élites puertorriqueñas a su presencia, se incomodó, tomó a su familia y retornó a Estados Unidos, esta vez a la península de la Florida.

En septiembre de 1971 se le detectó una leucemia. Ya había fundado su propio sello disquero y seguía trabajando aunque con notable esfuerzo. En 1972 hizo una memorable presentación en Lima que quedó recogida en el álbum de su aniversario 25, acompañado por la orquesta de Lucho Macedo y se presentó el 2 de febrero de 1973 en el Madison Square Garden secundado por su amigo Machito, Frank Grillo. 4 días después fue hospitalizado y en la noche del 28 de febrero de ese año se quedó dormido en los brazos de su amada esposa Toby y cercano a sus hijos, sus dos hijos, Cindy y Tito junior.

Algunos músicos

De alta calidad fueron los músicos seleccionados por Tito Rodríguez para ensamblar su orquesta.

Destacan entre otros Charlie y Eddie Palmieri y René Hernández como pianistas.

Mario Rivera, Bobby Percelli y Ray Santos en los saxofones.

Mario Cora, Tony Cofresí, Víctor Paz y Emilio Reales como trompetistas.

Eddie Bert y Bobby Valentín como trombonistas.

Louie Ramírez y el propio Tito Rodríguez en el vibráfono.

Cachao López y Andy González en el bajo y contrabajo.

Mike Collazo y Manuel Manny Oquendo en el timbal.

Francisco chino Pozo y Moncho Muñoz en el Bongó.

Willi Bobo, Marcelino Valdés y Frank Torres en las tumbadoras.


Entre sus coristas estuvieron Yayo El Indio, Marcelino Guerra y Elliot Romero. Destacó la cubana Martha Correa, la figura femenina del grupo.

Los arreglistas de la orquesta fueron memorables: Mario Bauzá, René Hernández, Víctor Paz, Leroy Holmes, Louie Ramírez y Ray Santos, entre otros.

Esta es mi orquesta

 

Algunos discos

Seis discos de Mambos para el sello Tico

Cuatro discos de Mambos para el sello RCA

Live at The Palladium, de UA Latino. 1960

Charanga Pachanga. UA Latino. 1961

Back home in Puerto Rico. UA Latino. 1962

Live at Birdland. WS Latino. 1963

Tito Rodríguez Con Amor. UA Latino. 1963

En Puerto Azul, Venezuela. UA Latino. 1963

Carnaval de Las Américas. WS Latino. 1964

In Buenos Aires. UA. 1966

En la Oscuridad. UA Latino. 1967

Esta es mi orquesta. WS Latino. 1968

En el Hotel Ávila sigue la cosa: Tito Rodríguez y Chucho Sanoja. WS Latino.

Algunos temas

Mamá Güela, Avísale a mi contrario, El sabio, Yo soy tu dolor, El Oso y la Osa, El Bigotón de Danilo, En Puerto Azul, Carnaval en Caracas, Esta es mi Orquesta, El criticón, Óyeme Antonia, Cuando cuando, Inolvidable, Llanto de Luna, Tiemblas, El pañuelo, Si te contara, Palabras de mujer, Ya son las 12, Desvelo de amor, y muchísimas más.

El descanso

Habiendo fallecido en Nueva York hubo de tener dos velatorios, toda vez que la colectividad de Puerto Rico reclamaba sus restos. Toby, la viuda de Tito Rodríguez, aceptó el traslado a San Juan para que su pueblo se despidiera de él. Luego, secretamente el cuerpo fue llevado nuevamente a Nueva York y fue cremado. Cuando Toby falleció, en 1984 los hijos mezclaron las cenizas para que siguieran juntos. Ambos descansan en un cofre en la residencia de la hija, Cindy.

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